El Congreso Nacional de Bolivia celebra desde el pasado miércoles una maratoniana sesión para intentar aprobar un polémico régimen electoral transitorio establecido en la nueva Constitución que mantiene enfrentados al oficialismo y a la oposición.
Morales y varios dirigentes sindicales anunciaron el inicio de la huelga de hambre en una declaración ofrecida a la prensa en un salón del Palacio de Gobierno donde se instaló el grupo de huelguistas.
La medida ha sido respaldada por dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB), el Consejo Nacional por el Cambio (Conalcam) y la Confederación Sindical de Trabajadores Campesinos, lideradas por sindicalistas afines a Morales.
El mandatario izquierdista dijo que se siente obligado a asumir esta medida frente a la “negligencia de un grupo de parlamentarios neoliberales” que impide la aprobación de la ley electoral.
La oposición ha argumentado que el proyecto de ley tal como lo plantea el oficialismo da ventaja a la reelección de Morales para un nuevo mandato.
El oficialismo y la oposición discrepan sobre el cupo de escaños que debe otorgarse a los pueblos indígenas, sobre la habilitación del voto de los bolivianos en el exterior y sobre el padrón electoral.
El gobernante dijo que esta huelga de hambre representa un esfuerzo de los sindicalistas para posibilitar las elecciones y la aplicación de la nueva Constitución promulgada en febrero pasado.
El inicio de la huelga se produce poco después de que algunos parlamentarios del oficialismo y la oposición anunciaran ayer algunos avances que no especificaron en las negociaciones que realizan en el Congreso desde la medianoche del miércoles.
El vicepresidente del país y presidente de Congreso, Álvaro García Linera, adelantó que el debate puede prolongarse hasta hoy y sugirió a los congresistas postergar su participación en las celebraciones de la Semana Santa.