Para abrir una vía de diálogo entre Cataluña y el Estado, que pueda conducir a una solución refrendada en las urnas
El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont propone poner en marcha una "mediación discreta", encabezada por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, para abrir una vía de diálogo entre Cataluña y el Estado, que pueda conducir a una solución refrendada en las urnas.
Así lo plantea en el libro "La crisis catalana. Una oportunidad para Europa" (La Campana), un texto de 238 páginas fruto de las conversaciones del expresident con el periodista belga Olivier Mouton.
El último capítulo del libro está dedicado a desarrollar la "propuesta" de Puigdemont para "salir de la crisis catalana", que pasa por buscar la "supervisión de actores internacionales" para que acompañen las conversaciones y "verifiquen" el grado de cumplimiento de los acuerdos que puedan alcanzarse.
En este sentido, se lamenta de su decisión de suspender los efectos de la declaración unilateral de independencia, el 10 de octubre del año pasado en el Parlament, para dar una oportunidad al diálogo, a la espera de que surgiese una figura mediadora.
"El fraude del 10 de octubre de 2017, cuando atemperamos nuestro deseo de independencia para hacer posible el diálogo, no se puede volver a repetir. Si realmente hay una voluntad de hablar, la tiene que verificar un mediador que proporcione las garantías necesarias", subraya.
Esta "mediación internacional independiente", señala Puigdemont, debería ser "discreta. No puede ser pública. Debe contar con una autoridad política y técnica importante", y en este sentido apuesta por la figura del polaco Donald Tusk.
La aceptación por parte del Estado de una mediación supondría, según Puigdemont, "reconocer que hay un problema. España debe reconocer que le hace falta ayuda para salir de este agujero".
El diálogo que pudiera establecerse debería evitar imponer "condiciones previas" y, en ningún caso, remarca el expresident, podría implicar una "renuncia" al derecho a la autodeterminación o a la independencia de Cataluña.
Si el Estado no quiere de ningún modo que Cataluña se independice, debe "proponer una alternativa" y defenderla en las urnas, como hizo el ex primer ministro británico David Cameron al admitir la celebración de un referéndum en Escocia.
"Ahora le toca ser creativa a España. En caso contrario, continuaremos luchando por una independencia que está reconocida por el derecho internacional a través de la sentencia del Tribunal Internacional de Justicia sobre el caso de Kosovo", remarca.
Y añade: "La opción prioritaria es un acuerdo obtenido a través del diálogo, pero no podemos aceptar el 'statu quo' que nos propone España".
En el plano más personal, Puigdemont reconoce desde su residencia en Bélgica que "sueña" con "poder volver a Girona para gozar del lugar que más amo en compañía de mi mujer y mis hijas".
"No aspiro a tener ningún papel en el futuro. Lo que quiero es volver a mi normalidad tan pronto como sea posible y recuperar el máximo de libertad posible", explica Puigdemont.
Por ahora, piensa poner en marcha el "Consejo de la República", aunque cuando la situación se haya "normalizado" en Cataluña no quiere "continuar haciendo política".