El economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), el irlandés Philip Lane, principal responsable en el directorio de la institución del diseño de las herramientas del banco central, ha asegurado que la entidad "no tolerará" ninguna amenaza para la transmisión de su política monetaria, por lo que actuará en caso de que la reciente subida de las primas de riesgo por el coronavirus lastre los efectos de sus medidas.
En este sentido ha dejado claro que el Consejo de Gobierno mantiene abierta la posibilidad de bajar los tipos de interés en caso de un empeoramiento de las condiciones financieras o de las perspectivas de inflación a medio plazo.
"Aunque la tasa de la facilidad de depósito fue mantenida ayer en su actual valor de -50 puntos básicos, el Consejo de Gobierno conserva la opción de futuros recortes si así lo justificara un empeoramiento de las condiciones de financiación o una amenaza para el objetivo de inflación en el medio plazo", ha asegurado Lane en un artículo publicado por el BCE.
El banquero irlandés ha explicado que, a diferencia de otros bancos centrales, el BCE decidió no rebajar los tipos de interés en su reunión de ayer al considerar que su impacto en el corto plazo es menos relevante en el actual contexto de propagación del coronavirus, por lo que, a pesar de la gravedad de la epidemia, el escenario de referencia del BCE es que "será de duración temporal", por lo que concluyó que una respuesta más adecuada es la relajación de la posición monetaria a través de las compras de activos adicionales y un considerable apoyo a la oferta de crédito a través del programa TLTRO revisado.
En este sentido, el economista jefe del BCE ha destacado que con las modificaciones introducidas a las subastas TLTRO los bancos "pueden obtener préstamos a las tasas más favorables que jamás hemos ofrecido", siempre que sigan haciendo su trabajo de dar crédito al sector privado, ya que al establecer la tasa de préstamo 25 puntos básicos por debajo del tipo de interés promedio en la facilidad de depósito, se reducen efectivamente los costes de financiación en la economía sin un recorte de los tipos de referencia tradicionales.
De este modo, Lane ha resumido la respuesta del BCE a la crisis del coronavirus en tres elementos clave: salvaguardar las condiciones de liquidez en el sistema bancario a través de una serie de LTRO a precios favorables; proteger el flujo continuo de crédito a la economía real a través de una recalibración fundamental de las TLTRO; y a través de un aumento en el programa de compra de activos, evitando que las condiciones financieras para la economía se endurezcan de manera procíclica.
A este respecto, igual que hiciera Christine Lagarde después de concluir su rueda de prensa de ayer, el economista jefe del BCE ha advertido de que la institución no tolerará riesgos para la transmisión de los efectos de sus medidas de política monetaria en los países de la eurozona, incluyendo el impacto de las recientes subidas de los diferenciales de los bonos soberanos de los países de la zona euro.
"No toleraremos ningún riesgo a la transmisión fluida de nuestra política monetaria en todas las jurisdicciones de la eurozona", ha afirmado Lane. "Estamos listos para hacer más y ajustar todos nuestros instrumentos si es necesario para asegurarnos de que las elevadas primas de riesgo que vemos en respuesta a la aceleración de la propagación del coronavirus no perjudican la transmisión", ha añadido.