La iglesia de Santiago de Cangas dobló a las cinco de la tarde de este jueves las campanas en señal de duelo y respeto por la familia More, triplemente golpeada por la tragedia del hundimiento del ‘Villa de Pitanxo’, a bordo del cual fallecieron Daniel Fernando More Valladares y Diego Andrés More Vega, mientras que permanece desaparecido Edwin Córdova, sobrino de Daniel.
Los cuerpos de Diego y Daniel accedieron esta tarde en sendos ataúdes a hombros de familiares y amigos al interior de la ex colegiata, donde se reunieron unas 300 personas, muchas de la comunidad latinoamericana en Cangas, para participar en el funeral.
Al acto asistieron, entre otras autoridades, la conselleira del Mar, Rosa Quintana; la directora xeral de Pesca, Mercedes Rodríguez; el subdirector de Guardacostas, Lino Sexto; así como la alcaldesa de Cangas, Victoria Portas, y representantes de los distintos grupos municipales.
“Estamos todos desgarrados. Toda Galicia siente que este naufragio nos toca a todos, a la comunidad peruana y a toda la comunidad marinera”, dijo el párroco de la parroquia de Coiro, en el municipio de Cangas, donde se habían asentado Diego y Daniel, tío y sobrino, tras abandonar el Perú.
Diego tenía 41 años y deja dos hijos, Daniel tan sólo tenía 27, y sus cuerpos están entre los nueve que se pudieron hallar tras el naufragio, del que únicamente se cuentan tres supervivientes de una tripulación de 24 hombres.
En el funeral se ha recordado también a Edwin Córdova, el cual se había asentado en Vigo, donde deja esposa y cuatro hijos.
Sobre los féretros colocaron los familiares sendas fotografías de los fallecidos y junto a ellas desfilaron solemnes y entre lágrimas.
Fue una ceremonia breve y concisa, también emotiva, la segunda de esta naturaleza que se celebra en la península del Morrazo tras la que tuvo lugar el martes en la parroquia de Beluso, en Bueu, donde una pequeña multitud despidió a Fernando Santomé Ferradás, el cocinero del barco que faenaba en aguas de Terranova y otro de esos nueve cadáveres hallados.
El próximo sábado, a las cinco de la tarde, se celebrará otro funeral, en esta ocasión por el rito evangélico y en Cambados, donde vivía Miguel Lumbres, también peruano y otro de los marineros desaparecidos.
Lentamente se van celebrando funerales y dando sepultura a los marineros idos, que dejan un notable vacío en aquellas localidades en las que residían.
Es el caso de los More, muy queridos en la comunidad marinera y por muchos vecinos de Cangas, que ayer fueron desfilando por el tanatorio para ofrecer sus pésames a la familia, también a la parte que se desplazó desde Perú para dar el último adiós a estos marineros.
Una vez finalizado el funeral, los ataúdes con los cuerpos de Diego y Daniel desaparecieron en el interior de sendos coches fúnebres entre vítores de sus familiares y fueron conducidos hasta el cementerio de Coiro.
Allí han recibido sepultura en un panteón de propiedad municipal cedido por el Ayuntamiento de Cangas; mientras que de los gastos del funeral se ha hecho cargo la armadora del barco: Pesquería Nores.
Con el sellado del panteón se cierra el penúltimo capítulo de una tragedia que ha conmovido a Galicia entera y afectado a muchas personas, aunque difícilmente a nadie como a los More, que en las aguas canadienses de Terranova han perdido a tres de sus miembros.