El Monte do Gozo de Santiago de Compostela ha vibrado en una noche calurosa al ritmo de la banda estadounidense Imagine Dragons, que ha desatado la locura entre los más de 30.000 asistentes que han presenciado sus grandes éxitos, en un directo impecable y festivo, con pirotecnia incluida.
Los de Nevada han actuado en la capital gallega en el que ha sido su único concierto en la Península Ibérica, fuera de festivales, tras participar el fin de semana pasado en el Mad Cool, en Madrid, y en el Nós Alive, en Lisboa.
La banda ha demostrado seguir siendo todo un referente del pop-rock mundial en una cita "única", que forma parte de su gira "World Mercury Tour" y que muchos compostelanos no olvidarán en mucho tiempo, dada la grandilocuencia del espectáculo, encabezado por Dan Reynolds.
El carisma de Dan ha llegado hasta el último rincón de un escenario dispuesto a celebrar la música, la vida y, como no podía ser de otra manera, el año Xacobeo -promotor del concierto junto a Sweet Nocturna- que en su extensión a 2022 y, tras lo más duro de la pandemia, ha decidido poner toda la carne en el asador.
Aunque la banda ha llegado a Santiago con un larguísimo álbum doble recién estrenado, "Mercury" -la primera parte fue lanzada en septiembre del pasado año y la segunda parte hace tan solo diez días- lo que más ha resonado han sido sus temas más triunfales, sus grandes éxitos.
Esos para los que los asistentes han sido previsores, ocupando los espacios del Monte do Gozo desde bien entrada la tarde, para así poder coger sitio y escuchar himnos como "Radioactive", "Believer" o "It's time".
Tras el concierto de la cantante viguesa Dani y la banda "Mother Mother" -que gira con los estadounidenses-, muy puntuales, Imagine Dragons ha arrancado a las 22 horas con su tema "I'ts time", que el público ha recibido con los brazos abiertos.
Poco ha tardado Dan Reynolds en seguir contentando a los asistentes, con el himno "Believer", de su álbum "Evolve", con el que se ha movido danzando por el escenario, entre chorros de vapor.
"Esta noche es para vosotros, disfrutad de ser libres", ha exclamado Reynolds, que ataviado con una camisa azul y bermudas se ha arrodillado ante el público y ha expresado a sus fans su "gratitud".
La adrenalina inicial ha dado paso a la calma, con los temas "Polaroid/Hopelss Opus", con el que el público ha hecho la ola; "Thunder", que ha hecho saltar de nuevo a los asistentes, y "Amsterdam", que ha sido coreada.
Los más de 45 millones de discos vendidos desde su nacimiento en 2009 y sus cinco álbumes de estudio avalan a una banda que ha desplegado una fiesta en la que no han faltado confeti, chorros de vapor y hasta incluso pirotecnia, para goce de los asistentes.
"La música es mi vida, es lo que me mantiene vivo. Esta canción es para vosotros, para que os aceptéis, para que os améis a vosotros mismos", ha señalado Reynolds, tras el tema "Birds", que ha iluminado el recinto con las miles de luces de los teléfonos móviles.
El guitarrista Daniel Wayne Sermon, el bajista Ben McKee y el batería Daniel Plantzman han acompañado con virtuosismo la voz de Reynolds, que antes del descanso destrozó su camiseta, seña de la energía que ha desplegado sobre el escenario.
Tampoco han faltado los audiovisuales, con imágenes que lanzaban mensajes de paz, amor y aceptación, marca de la casa, y detalles como el bajo, de los colores del colectivo trans, o los micrófonos y auriculares de la banda, de los colores de la bandera LGTBIQ.
Tras "Follow you", la banda ha entonado "Lonely": "¿Os habéis sentido solos alguna vez? No será hoy. Hoy somos una familia", ha expresado Dan Reynolds.
"Natural" ha cerrado con vítores y un gran aplauso la primera parte de un concierto, que después, en su tramo central, ha deleitado con la balada "Next to me", el country "Bet my life" o "TBD" -que han dedicado a Ucrania-, para cerrar con una versión de piano de "Demons", tras sacar a relucir la bandera LGTBI.
Ya en su recta final, "Enemy" ha desatado la locura. En caliente le ha seguido "Bones", en un concierto que ha cerrado con el más sonado de todos los éxitos de Imagine Dragons, "Radioactive", que a la salida del recinto, el público aún canturreaba feliz.