El BNG ha vuelto a reclamar este miércoles un "sistema fiscal justo" en el que "pague más el que más tiene" y que permita blindar los servicios públicos frente al "pelotazo fiscal" del Partido Popular.
Así lo ha dicho la viceportavoz parlamentaria, Olalla Rodil, durante su intervención e un homenaje a las mártires de Nebra, unas mujeres que "se revelaron contra los impuestos abusivos" del Ayuntamiento de Porto do Son de la época.
Cien años después de este acontecimiento, y pese a todos los cambios, "sigue siendo necesario reivindicar justicia social en los impuestos frente a fuerzas políticas que, como el Partido Popular, hace rebajas fiscales a los ricos", como la reducción del impuesto del patrimonio, "que supone dejar las arcas públicas sin 34 millones de euros, tan necesarios para financiar los servicios públicos, máxime en un momento de crisis", ha dicho Rodil. "Son recursos que permitirían contratar a más personal médico o más profesores en la enseñanza", ha añadido.
Frente a esto, el BNG reclama una fiscalidad justa, "por la que pague más quien más tiene", y que lleve a un "sistema impositivo progresivo que permita recaudar el necesario para blindar los servicios públicos y para garantizar los derechos sociales en un momento de descontrol de precios que está empobreciendo a la mayoría social".
Por eso, el BNG defiende una reforma fiscal "pensada para el 99% de los gallegos y no para una minoría formada por los más ricos, que es para la que gobierna el PP", ha afirmado Rodil.
MÁRTIRES DE NEBRA
En el acto de homenaje, Rodil hizo un alegato a favor de la memoria de mujeres que, como las mártires de Nebra, protagonizaron una historia de lucha social. "Hacer memoria como gallegas, como mujeres y como trabajadoras", ha dicho.
Francisca Carou, Ramona Suárez, Generosa Vidal y Rosa Cadórniga estaban en aquella movilización "para defender lo que era suyo, su casa, sus vidas", y "por eso fueron asesinadas" un 12 de octubre de 1916, cuando más de 400 personas se manifestaban contra unos abusivos impuestos con los que el Ayuntamiento de Porto do Son había decidido pagar la deuda que tenía con la Diputación de A Coruña.