Soler Serrano ejerció el periodismo con acierto durante tres décadas, entre 1950 y 1980. Inolvidables fueron sus programas televisivos ‘Perfiles’ y ‘A Fondo’, por donde pasaron raros, malditos y estadistas a los que había que escuchar con interés en espera de alguna ‘boutade’ para deleite de la parroquia. Soler Serrano, en aquella televisión en blanco y negro, era elegante, culto, educado. “El periodista nunca debe ser agresivo con el entrevistado”, recomendó una vez a un grupo de estudiantes que le escuchaban en una universidad catalana.
Jordi Évole, reportero con un estilo personal, ha imprimido su sello propio al programa ‘Salvados’, una de las joyas de la corona de La Sexta, la tele que dirige con mano firme Antonio García Ferreras. Évole -como recomendaba Soler Serrano- muestra ante el entrevistado una actitud nada agresiva a la que ayuda un cuestionario que parece improvisado -y no lo es- y una indumentaria podemita -melena revuelta y barba descuidada- que le harían pasar por el chico de los recados de mi barrio. Un chico que, mire por dónde, pasaba por aquí y ha decidido interpelar al entrevistado sobre cuestiones que nos importan a todos/as.
Sobre los pájaros (sin alas) que dirige el Papa Francisco, Évole, con carita de no haber roto un plato, le preguntó: “¿Usted cree que hay muchos mercaderes en el Vaticano?” “Los hay, como en todos sitios”, reconoció el Papa. El periodista le preguntó también sobre la igualdad de hombres y mujeres: “Todo feminismo tiene el riesgo de transformarse en un machismo con faldas”, contestó.
Guardo en memoria otra de las entrevistas memorables de Évole, la que le hizo a Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. Sobre el presidente del Gobierno español Pedro Sánchez, el controvertido mandatario venezolano, manifestó: “Da vergüenza que esté repitiendo la historia de Aznar. Se arrodilla ante Trump y tuerce el brazo ante Iglesias”.
Jordi Évole ha dejado el programa ‘Salvados’ en lo más alto, como ratifica su reciente Premio Ondas 2019, galardón que reconoce la maestría de este joven maestro del género de la entrevista. Tiene cercanía y no pierde la compostura frente al personaje. También está su credibilidad. El Papa Francisco, ahora recuerdo, le regaló un consejo: “Nunca dejes de ser honesto”. En estos tiempos convulsos que vive el periodismo, la honradez cotiza al alza en la conciencia de cada uno/a que nos dedicados a esta maravillosa profesión: la mejor del mundo, según el escritor García Márquez.
