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Cotillas

Los reyes eméritos, a pocos días de su sesenta aniversario y tras años de distancia

El próximo 14 de mayo se cumplen 60 años del enlace de don Juan Carlos y doña Sofía, un acontecimiento que reunió en Atenas a lo más ilustre de la realeza

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  • Don Juan Carlos -
  • La pareja tuvo que jurarse amor eterno hasta en tres ocasiones un mismo día
  • El matrimonio se ha ido distanciando poco a poco a causa de la aparición de terceras personas

El compromiso de la pareja había tenido lugar, apenas seis meses antes, en septiembre de 1961, en el hotel Beau Rivage de Lausana, durante una cena que congregó a las dos familias reales, y en la que Juanito, el hijo de “los Barcelona”, pronunció el célebre “¡Sofi, cógelo!” mientras lanzaba una caja con un anillo a la joven princesa griega. No obstante, el camino hasta llegar aquí no había sido, precisamente, rápido ni de rosas.

La pareja había coincidido diez años antes en un crucero organizado por la madre de la novia para promocionar el turismo por el Egeo y de paso que se conocieran los príncipes y princesas casaderas.

Pero parece que en esta ocasión no hubo “flechazo” entre la pareja, como tampoco lo hubo en otros eventos posteriores. Fue sin embargo en la boda de los duques de Kent, celebrada en Londres en junio de 1961, cuando el protocolo les sentó juntos, y Cupido y la reina Victoria Eugenia -dicen- hicieron el resto.

Tras el regocijo de las familias, tocaba ahora la aprobación al matrimonio por parte de Francisco Franco y de El Vaticano, ocupado entonces por el Papa Juan XXIII. El dictador, que no desaprobó la elección del príncipe español, consideró sin embargo que no debía sentirse presionado para casarse con una princesa... “pues en España hay no pocas muchachas que, sin ser reales, merecen un trono” (“Un té en el Savoy”, de Marius Carol).

Y el Papa consintió también, pero siempre que la princesa griega abrazara la religión católica.

LA BODA DE LOS “TRES SÍES”.

Fue por este motivo por el que la pareja tuvo que jurarse amor eterno hasta en tres ocasiones un mismo día: una por el rito católico, otra por el ortodoxo -la religión de la novia- y la última, en una ceremonia civil, celebrada en Salón del Trono del Palacio Real griego donde tuvo lugar el banquete.

Se comenta que la reina Victoria Eugenia tuvo que vender algunas de las joyas que heredó de la emperatriz Eugenia de Montijo para sufragar los gastos de este acontecimiento que congregó a lo más selecto del Ghota europeo.

Los atenienses se lanzaron a la calle para aclamar a los futuros esposos, a quienes les resultó difícil controlar los nervios, tanto que a la princesa se le olvidó pedir a su padre el permiso para el “sí quiero”, tras lo cual fue consolada por don Juan Carlos que le ofreció un pañuelo para secar sus lágrimas.

El enlace fue retransmitido por Eurovisión desde Roma. Pocos fueron sin embargo los españoles que asistieron a la boda, que Televisión Española (TVE) recogió en un documental que se emitió de madrugada y sufrió los rigores de la censura. Al enlace siguió una luna de miel en forma de viaje alrededor del mundo, con parada en Roma y audiencia con el Papa, que duró seis meses.

EL PASO DE LOS AÑOS Y LA DISTANCIA.

La pareja se asentó en Madrid, donde años después don Juan Carlos fue proclamado Rey de España, y donde el matrimonio vivió sus años más felices hasta la abdicación del monarca en su hijo Felipe (2014) y su posterior asentamiento en Abu Dhabi, acuciado por los problemas personales y judiciales.

El matrimonio, que ya no realizó ninguna celebración oficial por sus bodas de oro en 2012, se fue distanciando poco a poco a causa de la aparición de terceras personas, lo que unido al deterioro de la salud del monarca y los escándalos que rodearon también a otros miembros de la familia, terminó por pasar factura al matrimonio.

El apoyo incondicional al actual Rey de España y el cariño de los hijos y nietos son actualmente el motor de esta pareja que, por lo menos sobre el papel, aún no ha puesto punto y final a ese cuento de hadas que se empezó a escribir hace ya 60 años. 

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