El terremoto de entre 7,4 y 7,7 grados registrado esta madrugada con epicentro en Turquía ha golpeado el último bastión opositor de Siria, fronterizo con ese país, y también zonas más alejadas en manos del Gobierno de Damasco, dejando cerca de 400 muertos en el país devastado por la guerra.
La provincia noroccidental de Idlib es considerada el último bastión opositor en Siria y está dominada principalmente por el Organismo de Liberación del Levante, una alianza islamista en la que se incluye la exfilial siria de Al Qaeda, antiguamente denonimada Frente al Nusra.
En Idlib y partes del norte de la vecina Alepo que también se escapan al control del Gobierno del presidente sirio, Bachar al Asad, residen 4,6 millones de personas, casi 3 millones de ellas desplazadas por el conflicto armado iniciado en 2011 en país árabe.
Se prevé que estas zonas del noroeste del país sean las más afectadas por el sismo debido a su cercanía al epicentro, si bien buena parte de su población vive en campamentos conformados por tiendas de campaña, lo que podría haber salvado a parte de ella de ser aplastada en derrumbes.
En Idlib y las zonas de Alepo controladas por grupos rebeldes, opositores o directamente por las fuerzas turcas y sus milicias alidas, se han confirmado hasta el momento 147 muertos y 340 heridos, según el último balance ofrecido por los Cascos Blancos, un grupo de rescatistas operativo en la zona.
Aunque Rusia, aliada de Al Asad, y Turquía, valedora de la oposición siria, acordaron un alto en fuego en Idlib en marzo de 2020, la región sigue siendo objetivo de bombardeos rusos y ataques de artillería de las tropas gubernamentales con relativa frecuencia.
Por ello, los Cascos Blancos han instado a la comunidad internacional a garantizar que ambos actores eviten atacar las zonas de Idlib y Alepo afectadas por el temblor, que además registran estos días bajas temperaturas y condiciones meteorológicas adversas, agravando la situación.
Por otro lado, las áreas de Alepo en manos de Damasco y las provincias de Latakia, Tartus y Hama, más alejadas del epicentro y controladas por el Gobierno sirio en casi su totalidad, han registrado al menos 237 fallecidos y más de 600 heridos, de acuerdo con el Ministerio de Salud.