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Sevilla

Coripe quema a su Judas: el piloto de la DGT que se estrelló y dio positivo en drogas

El piloto del helicóptero de la DGT que dio positivo en cocaína y anfetamina tras estrellarse ha sido quemado en Coripe (Sevilla) para reprobar su acción

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El Judas de Coripe quemado.

El Judas de Coripe quemado.

El Judas de Coripe quemado.

El Judas de Coripe quemado.

El piloto del helicóptero de la Dirección General de Tráfico (DGT) que el pasado 5 de marzo dio positivo en cocaína y anfetamina tras estrellarse en Robledo de Chavela (Madrid), ha sido "quemado" hoy en la localidad sevillana de Coripe, donde cada Domingo de Resurrección se quema una figura de Judas que representa a alguien cuya acción es reprobable bajo el criterio de los vecinos.

El muñeco representa a un personaje conocido que durante los últimos meses haya destacado por haber realizado alguna mala acción, y las personas que lo elaboran lo hacen guardando celosamente el secreto de su identidad, que solo sabe una decena de personas, y se desvela cuando baja las calles del pueblo a hombros camino de la plaza donde es abatido a disparos.

En 2018 fue elegida Ana Julia Quezada, asesina del niño Gabriel, aunque la elección no gustó al Movimiento contra la Intolerancia, que incluso planteó una denuncia que fue archivada por la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Sevilla el 26 de junio siguiente, al igual que de 2019 sucedió cuando el Judas quemado fue el expresidente de la Generalitat catalana Carles Puigdemont.

Con el Judas que se ha quemado este domingo en esta fiesta centenaria, se ha querido rechazar el suceso que se produjo cuando un Europter 355N de la DGT cayó a la altura del kilómetro 2 de la carretera M-512.

Para que quedase patente el motivo de la elección de la figura de este año, el Judas ha sido representado con un mono azul de piloto, un cartel en el pecho con la leyenda 'Si te drogas no conduzcas', otro en la espalda con la palabra 'Pegasus' y un helicóptero en el hombro derecho.

Tras un breve recorrido por la plaza del Ayuntamiento, llena de vecinos y visitantes, el Judas ha sido colgado en una higuera y abatido por los disparos de siete cazadores, hasta que su cuerpo hecho de paja y con ayuda de un poco de gasolina ha salido ardiendo, y este año, por primera vez en esta fiesta centenaria, había una mujer entre los cazadores, Aurora Poley, vecina de la localidad cercana de Montellano.

“Un secreto nunca desvelado hasta el último segundo. Una fiesta popular transmitida de generación en generación. Una forma de que un pueblo se manifieste contra las malas acciones”, reza el cartel de la fiesta, cuyo secreto se ha desvelado poco después de las 15.00 horas, nada más terminar la procesión del Resucitado.

Como manda la tradición, los cabezudos del municipio han acompañado a la banda municipal de música de la localidad a recoger al Judas nada más terminar la procesión, hasta que han llegado al centro de salud, donde el muñeco había sido ocultado durante la madrugada.

Allí, Rubén, uno de los niños que ha sido cabezudo de las fiestas de su pueblo, ha tenido el honor de montar en sus hombros a la figura para pasearla durante unos 500 metros, hasta llegar a la fachada de la iglesia, donde ha sido "sacrificado" finalmente.

Aunque el año pasado todas las quinielas apuntaban a que el presidente ruso, Vladimir Putin, sería el sacrificado, finalmente fue el coronavirus el elegido por la asociación de padres y madres que se encarga cada año de organizar la fiesta, e incluso las quinielas en el pueblo se dividían este año entre Putin y el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El Judas de este año ha vuelto a arder en cuestión de segundos, bajo la ovación de los vecinos, en medio de una fiesta que cada año multiplica la población de este municipio de la Sierra Sur sevillana de poco más de 1.300 habitantes.

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