La ‘gordofobia’ se cuela en la campaña electoral de Huelva

Publicado: 23/05/2023
La fotografía oficial del candidato del PSOE y alcalde de la capital está siendo objeto de burla constante e incluso se ha recurrido al insulto físico en redes
El próximo domingo 28 de mayo, los onubenses, al igual que el resto de españoles, tienen una cita con las urnas. Se trata de elegir a la persona que se pondrá al frente del Ayuntamiento de Huelva durante los próximos cuatro años, aunque a juzgar por ciertos comentarios que circulan por las redes, pudiera parecer que se trata de un certamen de belleza donde hay que evaluar las cualidades físicas de los candidatos.

Son muchos los comentarios y apreciaciones que pueden hacerse sobre el candidato del PSOE, Gabriel Cruz, ya que lleva ocho años al frente del Consistorio y es en estos momentos cuando su gestión está más sobre la lupa que nunca. Sin embargo, no entran dentro de ese saco los comentarios, e incluso insultos, sobre su físico, en este caso sobre su gordura.

Desde hace días se ha hecho viral la imagen de un cartel suyo en la capital en el que, ante la frase que reza en el cartel: “Vota lo que piensas”, alguien ha escrito debajo en letras grandes: “Pienso que no cabes en el cartel”.

Es imagen ha ‘volado’ por los distintos grupos de Whatsapp y se ha compartido en las redes sociales. De hecho, hasta el número 22 de la lista de Pilar Miranda, candidata del PP, Pablo Martín, ha compartido esa imagen en su Twitter.

Más allá de la gracia o el chiste fácil, se pueden leer comentarios en las redes del nivel de: “cabezón zampabollos”, “cara de cerdo”, “las grandes transformaciones a las que se refiere serán a la talla de traje”… por poner un ejemplo.

Aunque históricamente el físico siempre ha sido un tema recurrente para la burla y el insulto, ahora se le ha puesto nombre y debería preocuparnos como sociedad. Se llama ‘gordobia’.

La ‘gordofobia’ es un neologismo que alude al sesgo que padecen las personas que no entran en los estándares normativos de peso o talla corporal. Es una discriminación estructural y sistemática. Esto significa que la podemos encontrar en todas partes y funciona de forma automática, normalizada y sin ser cuestionada. Consiste en un pensamiento arraigado en la sociedad, omnipresente, que es reproducido todo el tiempo, por todo el mundo, en todas partes. Hallamos gordofobia en las instituciones sociales, en nuestras costumbres, en la política, en la cultura, en la ciencia, en nuestras familias, amistades, en la calle.

 

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