Hay Martes Santo en Huelva. La primera del día, valiente, ya se ha puesto en la calle. La Hermandad de la Salud, desde la alejada barriada de Pérez Cubillas, ha desafiado los inciertos pronósticos meteorológicos y a la hora prevista, las 15.15 horas, abría sus puertas y ponía a su Cruz de Guía en la calle.
Todo un barrio abrazando a su hermandad, esperando, expectante, al Señor de la Sentencia. Un barrio humilde donde la Hermandad de la Salud cumple una función social muy importante.
Suena el llamador del único paso que procesiona, se retiran los zancos, el Señor de la Sentencia avanza poco a poco en el interior del anexo de la Parroquia de San Francisco de Asís y se posa a escasos centímetros del dintel.
Ahora sí, vuelve a sonar el martillo para dedicar una levantá muy especial: primero, por las hermandades del Domingo de Ramos, por su “lección de madurez”; segundo, para que cuando suene el martillo, suene también la campana de las plantas de Oncología Infantil; y por el barrio, porque “el agua es muy necesaria, pero en mi barrio es necesario que el Señor salga hoy a la calle”.
Son las 15.29 horas. Ahora sí, el Señor de la Sentencia ya está fuera. Ya recorre las calles de Pérez Cubillas y pone rumbo al centro.