Santa María la Blanca, único templo de Sevilla que conserva restos de las tres grandes religiones monoteístas, ha recuperado su esplendor tras la finalización de los trabajos de restauración del retablo mayor de este lugar que atesora más de un milenio de oración en pleno barrio de Santa Cruz.
Este enclave, cuya sobriedad exterior lo hace pasar medio desapercibido para muchos turistas y que contrasta con la gran riqueza artística de su interior -especialmente por sus yeserías-, ha acogido durante su historia desde el siglo XI una mezquita, una sinagoga y una parroquia cristiana.
"Hoy es un día grande para la cultura y el patrimonio histórico, este retablo luce absolutamente con todo su esplendor", ha destacado este viernes la consejera andaluza de Cultura, Patricia del Pozo, con motivo de su visita a la iglesia.
Las intervenciones en el ábside y el retablo mayor, fase final de una restauración que ha abarcado la arquitectura, examen histórico y arqueológico de una zona de la iglesia en la que nunca se había intervenido con la actual metodología científica, ha desvelado además la estructura y fisonomía de la antigua sinagoga, construida a su vez sobre la anterior mezquita.
Los trabajos han revelado el 'hejal', donde se guardaban los objetos sagrados del rito judío, de la antigua sinagoga que se levantaba en el mismo edificio.
Ese es el lugar hacia el que se orienta el rito que aloja los rollos de la Torá -los libros sagrados judíos- y una serie de ornamentos y vasos litúrgicos necesarios para el mismo.
"Se pone de manifiesto, una vez más, la profesionalidad y especial sensibilidad de quienes han puesto el alma y el corazón para recuperar esta belleza", ha subrayado la consejera de Cultura, quien ha asegurado que Santa María la Blanca representa una 'maravilla' del Barroco andaluz.
