Enrique García Rosado, Kike Remolino, comenzó su andadura carnavalesca en 1996 con la comparsa juvenil El relicario. Es uno de los niños de la Peña Nuestra Andalucía, donde estuvo rodeado de los mejores y forjó unos mimbres que en la actualidad le posicionan como uno de los grandes de la fiesta. Es un autor versátil con constantes cambios en las modalidades de comparsas y chirigotas y, además, fue componente de comparsas de Juan Carlos Aragón como Los condenaos y Los ángeles caídos y Tino Tovar con Las estaciones y El espíritu de Cádiz. También salió con el Sheriff en Los fugitivos. A la vez, colaboraba en autoría con algunas chirigotas como Los quince en la piera y con la cantera hasta que en 2006 inició su propio camino con la chirigota, cosechando numerosos premios en chirigotas y en comparsas. En 2024 compartió autoría en el coro de Pedrosa y ganó el primer premio.
Has vuelto a la modalidad de la chirigota con componentes y antiguos amigos, ¿qué hizo que te declinaras por volver a la chirigota?
–Fue por lo que dices en la pregunta, porque era con amigos y componentes que se han convertido en amigos. La única premisa que le pedí a Javi era que me dejara hacer el grupo. Hemos congeniado muy bien, algunos no se conocían de nada y parece que se conocen de toda la vida, son gente vitamina como se suele decir, gente que suma y eso es lo que terminó de convencerme.
¿Has echado de menos la comparsa estos meses?
–La verdad que la comparsa no la eché de menos, eché de menos a los componentes, que son muy buena gente y nos hicimos muy buena piña los años de Encaidenaos y La boquita prestá, pero tuvimos mala suerte de tener la pandemia de por medio y nos hizo estar en el dique seco obligados y a la hora de volver no tenía ganas de hacerlo con una comparsa.
¿Qué sensaciones tienes del pase de la fase preliminar?
–Pues imagínate, cuatro meses rodeado de tus amigos, que hemos ensayado poco porque la confianza da asco y somos catorce por los problemas de trabajo y personales para ensayar... hubo días que aún siendo catorce ensayábamos ocho, pero queríamos formar este grupo y con sólo vernos en el pasacalles ya nos vimos victoriosos. Era lo que queríamos y no te digo nada cuando terminamos de cantar, la chirigota cayó de pie, gustó y los mensajes de después fueron muy bonitos, fue todo muy idílico, que es con lo que uno sueña en septiembre y ya sólo queda ver hasta dónde llegamos.
¿Qué te parece el modelo de concurso actual?
–A la vista está, la chirigota negacionista o cuartetos como el de Ciudad Real lo que han hecho es poner a todo el mundo de acuerdo y tener todo a favor para ponerle el cascabel al gato. Hay que hacer algo porque esto no se puede ni volver a repetir y mucho menos ir a más. Quién quita que el año que viene si seguimos con el mismo modelo pues no venga una sino que vengan diez en ese plan y no puede ser. Así que espero que tal y como termine el concurso se ponga las pilas la concejalía, se rodee de buena gente, de gente que esté con los pies en el suelo y opte por el bien común y entre todos hacer de esto un modelo atractivo y dinámico porque esto no hay quien lo aguante.
¿Cómo ves este año la modalidad de la chirigota?
–No ha defraudado. Las esperadas han mantenido las expectativas, las vueltas de los compañeros han estado a la altura y viene gente empujando, todos los años hay alguna sorpresa que es de agradecer. La modalidad está difícil, va a haber grandes cosquis y la pringá para pasar a semifinales y yo encantado. Me va el rock and roll y esto es lo que nos pone a todos las pilas, que la competición esté tan apretada saca lo mejor de cada uno y bajo presión, al menos yo, funciono mejor. La que gana es la afición.
¿Qué opinas de que las entradas se vendan sólo en taquilla?
–Siempre nos hemos quejado los que participamos de que el teatro está desgaditanizado y puede ser una manera de gaditanizar el público. Entiendo que el aficionado de fuera no tenga esa facilidad, pero también he visto aficionados que vienen, gastan dinero en hoteles, comen en los bares con tal de estar cerca de las taquillas para cuando se abran y eso para la ciudad es bueno. No sé si sería total la solución, pero cuanto más gaditanizado esté el Falla, cuanto más parecido esté al de los 80 y al de los 90, mejor, es lo que anhelamos muchos.