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Andalucía

El policía que plantó cara: "Me podían haber matado"

Pese a resultar herido tras recibir varios pinchazos, el agente jubilado de 70 años asustó a sus cuatro atacantes encapuchados fingiendo que llegaban compañeros. Interior ordena que se desplace a Jerez un equipo de expertos contra el terrorismo yihadista tras los graves incidentes del sábado

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  • Detalle de las pintadas. -

Se ha convertido en protagonista de la crónica de los sucesos del fin de semana. Afortunadamente, Antonio Ruiz Herrera, policía nacional jubilado de de 70 años, puede contarlo pese a las heridas que recibió con arma blanca el pasado sábado. Como relató ayer a 13TV, es aficionado a la fotografía y tras pasar la tarde echando fotos en el casco antiguo se disponía a regresar a casa al empezar a refrescar cuando se encontró “con un individuo vestido de negro” en la calle Juana de Dios Lacoste “con un cóctel molotov encendido”. Inmediatamente le reprendió y le llamó la atención,  diciéndole que era policía, pero no sirvió de nada. En cuestión de segundos “se abalanzó” sobre él comenzando ambos un forcejeo en el que sus ropas “salieron ardiendo” a causa de las llamas.

Fue entonces, como narró a esta cadena de televisión, cuando el sujeto “empezó a gritar en árabe”, apareciendo a los pocos segundos “tres más”, con la misma indumentaria y el rostro cubierto. Dos de ellos se fueron directos a su “amigo” a socorrerle y apagarle las llamas mientras que el tercero le pegó la puñalada.


Sin embargo, la experiencia es un grado, y pese a estar herido, este policía jubilado tuvo la sangre fría de simular que llegaban efectivos para socorrerle. “A mí, a mí, compañeros”, gritó. Fue la frase que le salvó.  Automáticamente los cuatro individuos salieron huyendo por los callejones oscuros asustados de que llegara la policía. En el suelo quedó el segundo cóctel molotov que tenían preparado para lanzar contra la parte trasera del convento de Santa María de Gracia. “Me pudieron haber matado”, exclamaba ayer Antonio, que se mostraba muy agradecido por las muestras de cariño y llamadas que había recibido sus compañeros y del propio director general de Policía, Ignacio Cosidó. Ahora lo que toca es recuperarse.


Como explicó, fue él mismo quien llamó al 112 contando lo que había sucedido e informando de que se encontraba herido. Presentaba un corte en el abdomen y heridas en la rodilla y en la cabeza. Fue trasladado al Hospital de Jerez pero a la una de la mañana recibió el alta y esta vez sí pudo regresar por fin a casa.


Había sido una noche complicada y este grave episodio, sumado a la aparición de nuevas pintadas- ahora con la palabra yihadista- en el entorno de San Lucas, que se atribuyen también a estos individuos, ha provocado una inquietud considerable en la localidad, movilizando incluso al Ministerio del Interior. La alcaldesa María José García-Pelayo confirmó ayer el envió a Jerez de efectivos de apoyo de la Comisaría General de Información y expertos en la lucha contra el terrorismo yihadista para reforzar el trabajo de la Policía Nacional y esclarecer los hechos. La regidora del PP mostró además  “su más enérgica condena” a la agresión sufrida por este policía, y mandó un mensaje de “tranquilidad” a la ciudadanía.

Desde el Gobierno local han indicado que mantienen “la máxima coordinación” con la Policía Nacional y,  de hecho, en los contactos mantenidos por la alcaldesa con el comisario, José Antonio García Camacho, fue este último el que le trasladó la llegada a Jerez de agentes expertos para trabajar en la investigación. Asimismo, el Ayuntamiento de Jerez ha puesto a disposición del Cuerpo Nacional de la Policía todos los medios que sean necesarios para colaborar, tanto en la detención de los responsables de los hechos, así como en la investigación abierta a raíz del suceso.

La alcaldesa también trasladó ayer al agente herido su solidaridad y su “más absoluto apoyo dada la valentía mostrada en su intervención”, agradeciéndole también el trabajo realizado.  Desde el PSOE, su candidata a la Alcaldía, Mamen Sánchez, mostró su condena por los hechos. La Policía trata de esclarecer ahora si fue un ataque yihadista o un acto de vandalismo que se fue un poco de las manos.  Hasta el cierre de este número no se habían producido detenciones.

Las monjas del convento Santa Rita no se enteraron de nada hasta el día siguiente

Pese a la repercusión que tuvo este incidente en el centro histórico y el número de agentes movilizados de la Policía Nacional, las religiosas de la congregación Agustinas Ermitañas del convento de Santa María de Gracia no se enteraron de lo ocurrido hasta ayer por la mañana tras recibir una llamada. Posiblemente cuando lanzaron el artefacto, pasadas las ocho de la tarde, estuviesen ya acostadas -son monjas de clausura- y no fue hasta ayer tras la misa de las ocho y media de la mañana cuando conocieron todos los destalles de lo ocurrido.
Sin embargo, como confirmaron fuentes del entorno de las religiosas, las hermanas “no se han asustado” y “están tranquilas” tras comprobar que la cosa no fue a mayores. Diferente hubiera sido que los individuos hubieran lanzado la botella a la misma puerta “para que prendiera”, agregan estas fuentes, que ven lo ocurrido “como una gamberrada” más que un ataque yihadista.
Mientras tanto, en el centro histórico los vecinos de esta zona hacen vida normal sin que este suceso haya alterado sus vidas, aunque no ocultan su “sorpresa” por la dimensión que ha adquirido este asunto.

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