El candidato del PSOE a la Alcaldía de Huelva, Gabriel Cruz, presentó ayer las medidas del Código Ético que suscribirán todos los candidatos de su lista a las municipales al Ayuntamiento de la capital, porque a su juicio, el ejercicio político es importante que sea “un ejercicio ético al objeto de gestionar lo mejor posible” el Consistorio.
Son los diez mandamientos para dos mandatos (porque asegura que estaría en el poder sólo ocho años), en los que cobra importancia la transparencia, y si la ley que la regula obliga a las concejales a hacer público ingresos, bienes y actividades, más los rendimientos patrimoniales, los socialistas abogan por ir más allá con el compromiso de subscripción del decálogo ético en el ejercicio del gobierno municipal. El dirigente socialista dejó claro que no estará, como el actual alcalde, Pedro Rodríguez (PP), 20 años al frente del Consistorio, y se compromete a permanecer un máximo de ocho.
El decálogo contempla que ninguno de los concejales puedan ostentar otro cargo público de elección directa. Además, los concejales que perciban remuneración económica del presupuesto municipal tendrán dedicación exclusiva y no podrán tener otra responsabilidad pública o privada ni percibir ingresos complementarios. Como ejemplo puso que el edil que cobre del presupuesto municipal no podrá cobrar dieta por su asistencia a algún consejo de administración de una empresa municipal o del Puerto.
Además, “con el fin de evitar las puertas giratorias”, los concejales se comprometen a no acceder los cinco años siguientes al ejercicio en el gobierno municipal a cargos de responsabilidad en empresas creadas, reguladas, supervisadas o que hayan sido beneficiarias de un contrato municipal en el ámbito de la función representativa del cargo electo.
Por otro lado, ninguno de los concejales aceptarán regalos ni en efectivo ni en especie y deberán presentar su dimisión inmediata y entregar su acta si, ejerciendo cargo público u orgánico, “se abre juicio oral por un procedimiento penal por delito grave”. En séptimo lugar, los concejales se comprometen a cumplir escrupulosamente los procedimientos de contratación, y “a que ningún familiar de un concejal realice negocios a través de empresas que presten servicios públicos al Ayuntamiento, ni contratar con empresas con las que se hayan tenido vínculos anteriormente”. Restaurar el espíritu democrático en el ejercicio de la política sin insultos, atender las consultas ciudadanas en un plazo máximo de 72 horas, al menos por el mismo medio por el que fueron formuladas y hacer públicas las agendas de los ediles para hacer visible con quienes se reunen y los temas tratados completan el decálogo.