El crecimiento de este programa ha obligado a duplicar este año las instalaciones de El Acebuche, que alberga 15 jaulones para linces nacidos en cautividad, y las de La Olivilla, que suma 23, según explicó a Efe la directora de este programa, Astrid Vargas.
Destacó que este programa maneja ya 52 linces: 28 capturados de la naturaleza y 24 nacidos en cautividad, cifra muy próxima a los 60 ejemplares, a partir de los cuales se destinarían más de una docena de ejemplares al año para reintroducirlos en nuevos territorios.
Este proyecto, que la Junta de Andalucía y el Gobierno central impulsaron a comienzos de este siglo como una de las medidas de choque para evitar la extinción de este felino, considerado el más amenazado del planeta, sumará a final de este año 56 individuos pues también mantiene una hembra senil e incorporará en días dos linces capturados de la naturaleza, sometidos a la preceptiva cuarentena.
Astrid destacó que el aumento exponencial de la tasa de reproducción -dos ejemplares en 2005; tres en 2006; seis en 2007 y los trece de este año-, adelanta los planes previstos y ha sido posible gracias a los conocimientos adquiridos sobre el manejo de este felino, del que sobreviven unos doscientos ejemplares en libertad en Sierra Morena y en Doñana.
Como ejemplos, explicó que este año se ha logrado criar con biberón a seis linces abandonados por sus madres primerizas y también se ha evitado que las 18 peleas entre cachorros en edad crítica acabaran con el fallecimiento de alguno, como ocurrió en años anteriores.