El buque escuela Juan Sebastián Elcano ha partido con nuevo rumbo tras encontrarse en Cádiz durante unas semanas, siendo los últimos tres días de visitas al buque que lleva por bandera la historia no solo española sino de la ciudad que lo vio nacer y en la recala, Cádiz.
Tres días de jornadas de puertas abiertas que han servido para que los curiosos hayan podido conocer las instalaciones, las más superficiales de la nave, y charlar con su tripulación, que gustosa ha hablado con los visitantes que han querido embarcarse en Elcano por unos minutos.
Según los datos que maneja la tripulación, miles de personas han querido, estos tres días, empaparse de la historia de este buque escuela que forma a sus miembros y los hace sentirse como en familia.
Como reza uno de los folletos que se podían adquirir en esta visita, “se encuentra usted a bordo del buque escuela de la Armada Española Juan Sebastián Elcano, uno de nuestros barcos más representativos y también uno de los mayores y más antiguos veleros que aún navegan por el mundo”. Por tanto, una institución que además ha pasado, estos días atrás, por La Carraca, en San Fernando, para recibir las reparaciones oportunas para continuar allende los mares.
Historia
Este buque escuela fue construido en los astilleros Echevarrieta y Larrinaga de Cádiz y botado el 5 de marzo de 1927, por lo que estos días ha cumplido 89 años muy bien llevados. Durante su longeva vida ha paseado su esbelta y admirada silueta por todos los mares del mundo, sorteando los más variados mares y vientos gracias a su contrastado carácter marinero y recalando en los más insignes puertos. Además, en su historial figuran diez vueltas al mundo.
En sus entrañas se forman los guardias marinas, es decir, los futuros oficiales de la Armada, los que libran la seguridad del país a través de sus mares. Con este objetivo suele realizar anualmente un crucero de instrucción de alrededor de seis meses de duración, habitualmente lejos de España. Aproximadamente las tres cuartas partes del mismo transcurren en la mar y durante estos periodos los guardias marinas reciben clases y participan en todas las maniobras.
La tripulación, con la que ha podido departir este medio, cuenta sus vivencias a bordo de Elcano, historias que dejan perplejos a quienes las escuchan. Además, el buque escuela cuenta con varios espacios informativos repartidos por su cubierta, que explica el nombre o denominación de algunas partes de la nave, lo que sorprende a ciertos curiosos y además hace que surjan las preguntas, como si se puede hacer ejercicio mientras se navega o si en sus mástiles se puede maniobrar sin que dé algo de vértigo.
Por otro lado, algunos de sus tripulantes han contado incluso algunas de sus hazañas a lo largo de este último año a los visitantes, que sin duda agradecen que la historia se cuente en primera persona. Una tripulación abierta, dispuesta y presta a satisfacer las dudas de los más curiosos y que además cuenta con un amplio bagaje, convirtiéndose en cosmopolita y globalizada a la misma par, pero todo con un sentido muy positivo.
Su nombre
El buque toma su nombre de un excelente e insigne marino, Juan Sebastián de Elcano, protagonista de una de las hazañas más grandes de la historia marítima española. En 1519 se enroló como experto marinero en una expedición de cinco buques. Armada por el Rey Carlos I de España inicialmente en Sevilla, partió de Sanlúcar de Barrameda en septiembre de 1519, al mando del portugués Magallanes, para encontrar una ruta nueva hacia las islas de las especias. Después de rodear América por el sur, de descubrir las islas Filipinas y de innumerables penalidades como la muerte de Magallanes o naugragios y hambre, la expedición, de la cual solo quedaba la nao Victoria al mando de Elcano, llegó a España a los tres años de su partida, tras haber dado la vuelta al mundo por primera vez en la historia. El rey Carlos I concedió a Elcano un escudo de armas que contenía un globo terráqueo con el lema Primus Circumdedisti Me (el primero que me rodeaste).
Curiosidades
Si las condiciones de viento lo permiten, Elcano siempre navega a vela, una estampa bella de contemplar porque se puede vislumbrar la majestuosidad del buque escuela. También puede hacer navegación mixta, a vela y motor, o bien a palo seco, solo con el pequeño motor a propulsión, el cual se utiliza, sobre todo, en las entradas y salidas del puerto.
La ditación del buque está formada por personal profesional, que ha embarcado voluntariamente y que trata de contribuir con su esfuerzo a diario a que Elcano continúe siendo una escuela de navegantes y pueda seguir mostrando con orgullo, por todo el mundo, el pabellón de España, aunque es cierto que en 2015 la polémica salpicó la historia y el buen nombre de este buque escuela. Y es que saltó la noticia de que el narcotráfico era una actividad instalada en la nave, encontrándose 127 kilos de cocaína, y como bien reseña El País, algunos marineros incluso confesaron que era sabido que la droga era un hecho, tanto para el consumo en el interior del mismo como para el tráfico con ella.
Conocer más de cerca el buque escuela
Se trata de un bergantín-goleta, de cuatro palos (algo singular y por lo que se le reconoce fácilmente), con el trinquete cruzado. Si se camina desde la popa hacia la proa por la cubierta, que es toda de madera, como los veleros de antaño, se pasa por cuatro zonas: toldilla, alcázar, combés y castillo. El buque es un pequeño pueblo flotante donde pueden vivir en torno a 250 personas y que tiene autonomía suficiente para pasar decenas de días en el mar. Produce agua potable, se elabora pan, hay talleres, peluquería, asistencia médica y religiosa, etc. En 1956, 1978, 2001, 2005 y 2011 se le hicieron obras de modificación para el mantenimiento de la estructura y habitabilidad.