Las obras de la variante de la N-435 a su paso por las localidades de Beas y Trigueros han sacado a la luz una necrópolis prehistórica, de la Edad del Bronce, con restos humanos y ajuar y que constituye uno de los pocos vestigios de esta época hallados en la Campiña onubense.
En declaraciones a Efe, Miguel Ángel Vargas, de Geryon Gabinete de Arqueología S.L., empresa encargada de los trabajos arqueológicos que se efectúan en la zona, ha precisado que dicha necrópolis se ha encontrado en un yacimiento de época moderna ya documentado denominado Los Torcales.
Han sido las obras de control arqueológico llevadas a cabo a raíz de los movimientos de tierra por maquinaria pesada las que han permitido hallar esta necrópolis, a bastante profundidad.
Vargas ha resaltado que se trata de un hallazgo “interesante” y ha avanzado que los restos óseos hallados serán analizados por el Museo Arqueológico de Córdoba para determinar la procedencia de las personas allí enterradas.
Asimismo, ha explicado que servirá para comprender “cómo funciona el Bronce Medio en relación con otras zonas de la provincia como la capital o la Sierra, al entenderse la Campiña, por sus propias características, como una zona de tránsito de mercancías entre el medio serrano y marino”.
Ello, ha apuntado, permite determinar que la Campiña onubense, por dicha particularidad, ha sido testigo de la presencia de muchos núcleos habitados a lo largo de la historia que podrían permanecer ocultos bajo tierra, por debajo de los 40 centímetros, a la espera de ser descubiertos.
Y ello es así porque no ha sido éste el único yacimiento hallado durante estas obras, sino que a este se suma otras cuatro entidades arqueológicas más.
Restos anteriores
Uno de ellos se corresponde con un edificio agropecuario del siglo XVI-XVII bastante bien conservado y otro una necrópolis visigoda de los siglos VI y VII d.C. en cuyo interior se han encontrado enterramientos con bastante ajuar y restos óseos.
A estos se suman otras dos necrópolis romanas, una del siglo III a.C con un total de 25 enterramientos, que forma parte de la zona desconocida del yacimiento del Pozancón, y otra más modesta, que, según los arqueólogos, podría haber sido utilizada para el enterramiento de esclavos y trabajadores.
Por último, se han excavado hasta un total de 40 estructuras circulares o basureros, en cuyo interior se han encontrado restos de cerámica, útiles neolíticos o incluso enterramientos de perros familiares.