Cerrada ya la exposición sobre el concurso de ideas para la reforma de la Basílica del Gran Poder, nos acercamos a la propuesta que más ha llamado la atención, quizás por ser arriesgada pero quizás por ser la que conserva todo lo que ahora está en el interior del templo. Cúpula, suelo, cancel y retablo se configuran en el proyecto como un “espacio acogedor que resuelve toda la disparidad arquitectónica y actualiza” una basílica que debe ser “devocional”, sin frialdad y en el que el principal protagonista sea el Señor de Sevilla, el Gran Poder.
Lo explica Francisco Márquez, arquitecto del estudio Alt-Q Arquitectura, destacando varios aspectos de este proyecto. Bajo la premisa de respetar al máximo la obra de los anteriores arquitectos (Antonio Delgado Roig y Alberto Balbontín), la propuesta de Alt-Q no contempla ninguna demolición sino que apuesta por una superposición de elementos, completamente reversible, que se articula en una cúpula de madera, formada por rombos, dejando ver toda la construcción existente. Además, el peso introducido en la estructura de hormigón es mínimo, repartiéndose entre 16 pilares y hasta sus rombos ciegos permitirán instalar iluminación adecuada para cada culto que se celebre en la basílica.
La madera y sus tonalidades
El segundo elemento a destacar es el material en sí, la madera, no sólo presente en la cúpula sino también en todo el conjunto: cancel, suelo, cúpula y retablo se configuran como un nuevo espacio, en el que juegan un papel muy importante los tres tipos de madera que se utilizarían: jatoba, lapacho y urunday, con un orden “no perceptible que produce una visión de gran tapiz continuo”. Porque el objetivo es dar respuesta a los valores que expresó la misma Hermandad del Gran Poder: dar solución a las carencias del espacio devocional, dar unidad especial a las diferentes actuaciones que se han hecho en el templo y ofrecer una basílica acogedora, en la que el Señor sea el principal protagonista.
“Un mismo material pero distintas cualidades formales”, esa es la propuesta de este estudio de arquitectura, que entiende que la cúpula de madera tiene que ir necesariamente unida a un nuevo cancel y un nuevo retablo, cuyo vínculo se establecería a partir del nuevo suelo, un elemento mediador que hará posible establecer un principio y un fin del espacio basilical. De hecho, la propuesta de Alt-Q no sólo contempla este nuevo espacio conformado desde el suelo hasta la cúpula, sino que propone cómo deberían estar ordenados todos los elementos dependiendo de los actos litúrgicos y las salidas procesionales de los titulares de la Hermandad del Gran Poder.
El acceso al Señor
La plaza, el atrio, la sala y el Señor tendrán continuidad a partir de una pauta geométrica establecida por los tres tipos de madera, una cruz tramada en varias tonalidades de madera que organiza el ambiente y que se continúa en un cancel que regula el acceso al atrio, con dos recorridos simultáneos y opuestos para regular las salidas y entradas, con un gran portón para salidas extraordinarias. Al ser corredera mecanizada, facilitará su accesibilidad, mientras permanecerá cerrada el resto del tiempo, permitiendo el acceso por los laterales.
Sobre la polémica que ha suscitado el proyecto, Márquez considera que “toda propuesta conlleva tanto crítica como aceptación”, recordando que el jurado que los ha designado como ganadores -junto con el proyecto de José Ramón Sierra- “no es ajeno a la Semana Santa ni al mundo cofrade”.
Considera que quizás muchos de los que han hablado ni siquiera se han acercado a la exposición y que parte de las críticas vertidas pueden ser “infundadas” y no tener “mucho fundamento”. Y aunque están a disposición de la Hermandad, que ha expresado que abre un periodo de análisis con las dos propuestas ganadoras, recuerda que siempre hay una “Sevilla más valiente y dispuesta a ir con los tiempos”.