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Trastornos de alimentación (la anorexia y la bulimia nerviosas)

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  • Mª Isabel Blanco Cuenca
Son comportamientos anormales relacionados con la comida que se realizan de forma voluntaria para adelgazar una elevada insatisfacción con su cuerpo y un temor irracional y desmedido a engordar.  Normalmente aparecen en la adolescencia y en la juventud aunque también pueden aparecer en otras edades y son más frecuentes en el sexo femenino.
En cuanto a sus causas, señalar que además de los condicionantes culturales como la presión por la estética, también se deben dar unos condicionantes personales, así aparece en personas que desde su infancia  organizan sus vidas en función de los demás de modo que con sus actos buscan más complacer o ayudar a los demás que beneficiarse a sí misma/o.
Se caracterizan también por su inteligencia y afán de superación, muchas/os llegan a tener como meta la perfección, lo cual daña mucho a su autoestima. Y presentan siempre pensamientos de insatisfacción referentes al peso y la figura (imagen corporal negativa).

Es muy importante atender a una serie de “señales de alarma” que puedan aparecer en las chicas/os como son: una preocupación excesiva por el peso,  y la figura que dan lugar al empleo de dietas restrictivas, ejercicio excesivo, vómitos autoprovocados, uso de laxantes y diuréticos, así como a pesarse continuamente, usar ropas amplias, realizar comportamientos extraños con los alimentos (obsesión por ver cuantas calorías aportan, cual es su composición, también, intentar saltarse algunas comidas o no comer en público...) así como un cambio en sus relaciones con los demás (por ejemplo aislamiento) y cambios bruscos de humor.
Tanto la anorexia como  la bulimia, provocan múltiples consecuencias tanto físicas como psicológicas, a nivel psicológico se produce más tristeza, menos interés por el mundo externo, mucho nerviosismo, miedo, dificultades para conciliar el sueño, menor rendimiento, creencias de inutilidad y de no merecer ser feliz, fuertes cambios de humor y la idea obsesiva de que tienen que adelgazar, esta idea es la que parece conquistar toda su vida.
Lo primero que se debe hacer para combatir estos trastornos es prevenirlos, con actuaciones desde diferentes sectores sociales para eliminar la imposición social de modelos estéticos y promover estilos de vida saludable. Debemos enseñar a nuestros niños/as y adolescentes a aceptar su cuerpo y a sí mismos tal como son, con las diferencias y características propias, a adquirir desde la infancia unos hábitos alimenticios saludables, a realizar ejercicio físico moderado y fundamentalmente enseñarles a tener opiniones y criterios propios, pedirles y enseñarles a que se exijan unas metas realistas y a valorarse tal como son.

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