Desamparados, Santo Entierro y Soledad protagonizaron la tarde del Viernes Santo, mientras que la Hermandad del Rosario fue la última en salir. En el caso de esta última, desde que pasó de la madrugada del Sábado Santo, 01.00 horas, a las 23.30 del Viernes Santo, ha ganado en público para ver su salida, también por la nueva sede canónica en la iglesia Mayor parroquial. Es algo que hace desde el año 2014, cuando cambió la sede canónica de San José Artesano a la iglesia Mayor parroquial. Pero la noche no invitaba por el fuerte viento a rachas y la temperatura existente.
La Hermandad del Santo Entierro no presentó novedades importantes en el cortejo de este Viernes Santo, pero si es admirable la composición del mismo y la presencia de autoridades civiles y militares de forma corporativa. Una ausencia destacada. En esta ocasión no iba escolanía delante del paso de urna, como sí había sucedido en los últimos años. La primera llamada del paso de palio fue dada por María Teresa de Benito Togores, esposa del que fuera hermano número 1, Luis Quijano Sánchez, por el que los pasos llevaron luto. En el cortejo estuvieron presentes un año más las representaciones civiles, encabezadas por Patricia Cavada como alcaldesa; y militares, por Antonio Planells Palau, General de Infantería de Marina, en representación de Su Majestad el Rey Felipe VI.
La banda de música San José Artesano puso música al palio de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad, portado, al igual que la urna, por cuadrillas de Pepe El Mellao, que andaron a un gran ritmo.
La cofradía de los Desamparados estrenó ciriales para el cuerpo de acólitos que precede al Cristo de la Sangre. También la pértiga del pertiguero, así como las coronas o remates de las tulipas de los brazos de luz del paso del Santísimo Cristo de la Sangre. Nada más salir, la capilla de música Stabat Mater interpretó la pieza Al Cristo de la Sangre, de José Enrique Raposo Palma, mientras el paso de dirigía a los ancianos de la residencia de San José que lo esperaban en la plaza. Allí, escuchó la primera saeta de su salida.
No pudo verse en el recorrido al Cristo de la Sangre en su plenitud en el paso, ya que sólo quedaban por encima del momte los pies. Un fallo de última hora en el mecanismo de subida de la cruz, impidió que alcanzara su máxima altura y la imagen luciera como lo ha hecho en años anteriores, pero en beneficio tuvo menos movimiento de la cruz, por los cables aéreos que llenan las calles de San Fernando.
El paso de palio de la Virgen de los Desamparados procesionó a los sones de la banda de música de la Hermandad del Nazareno y estuvo exornado con claveles blancos, dándole la primera levantá el hermano distinguido de 2018, Ángel Luis Sánchez Ordóñez.
La Hermandad de la Soledad, la más antigua de la jornada, presentó la terminación de los broches bordados para las caídas o faldones del paso de misterio. También fue notable la ausencia de las laureadas del General Varela en el pecho de la Virgen de la Soledad, que llevaba un bello rostrillo. El paso de misterio de la hermandad llevaba un cargador menos. En este caso una almohá colgado y una pegatina con el nombre de Antonio Zaldívar Cruceira, el joven cargador cofrade fallecido el Miércoles Santo.
La Virgen del Rosario cerró seis días de cofradías en las calles a la espera de la Hermandad de la Resurrección este domingo.
Cuando sólo Santo Entierro y Soledad estaban en la calle, camino de recogida, salía la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos. Había riesgo de lluvia entre las 00.00 y las 02.00 de la madrugada, pero conforme avanzaban estas horas, ese riesgo se atrasaba a la 01:15. La hermandad cambió su itinerario y lo acortó, no llegando al Parque Almirante Laulhé. De esta forma tras pasar la Carrera Oficial siguió por Real, Sánchez Cerquero, Daoiz, Hermanos Laulhé, Antonio López, 24 de Septiembre de 1810, Rosario y Plaza de la Iglesia. La llovizna hizo acto de aparición cuando la Virgen del Rosario se encontraba por la calle 24 de Septiembre de 2810 ya de recogida.
La Semana Santa va alcanzando su final con la confirmación de que el buen tiempo de la Semana contó con lluvias este Viernes Santo pasada la medianoche, aunque habrá mejoría para el Sábado Santo y Domingo de Resurrección.
En esta ocasión, la Semana Santa ha brillado con candelería encendidas y cera derramada. Tan sólo la lluvia de la mañana del Domingo de Ramos y el viento de primeras horas de la tarde ha restado algo de brillantez a días en los que el centro de la ciudad y cada lugar por donde pasan las hermandades se vean repletos de público.