Esta ciudad lo que está precisando con urgencia es que todos, gobierno y oposición, arrimen el hombro en una situación tan adversa para Jaén
El alcalde ha anunciado una “dura presión social y política” contra la Junta en el caso de que se pongan obstáculos insalvables al documento del Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad. De producirse esa campaña hay que contar con un importante respaldo ya que en términos generales el gobierno de la comunidad autónoma se ha ganado a pulso durante muchos años la desconfianza de una gran mayoría de jienenses que a estas alturas ponen en duda que nuestra autonomía, que también lo es de Jaén, pueda ayudar a esta ciudad a salir de su actual estado, el que ha derivado de una evidente situación de abandono como prueban que sigan pendientes los proyectos más emblemáticos que pretendían encauzar el impulso a la modernidad desde hace más de una década. El PGOU no es la panacea pero es una oportunidad para encarar el desarrollo, y un documento, el que hemos llamado ‘Plan Márquez’, que define muy bien algunas de las prioridades de la capital, en gran medida ligadas a perspectivas de empleo con la llegada del Grupo Alvores o Decathlon, que no se pueden ni se deben poner en peligro bajo ningún concepto en los tiempos que corren, y mucho menos si los obstáculos son meros intereses partidistas. Si la Junta, en la nueva etapa que se inicia con Susana Díaz, no es capaz de ser sensible a estas prioridades y no acude en su auxilio para dar oxígeno a Jaén, no debe esperar el PSOE por ello un rédito político. Es más, esta ciudad lo que está precisando con urgencia es que todos, gobierno y oposición, arrimen el hombro en una situación tan adversa y asuman sus responsabilidades.