El investigador de costumbres y tradiciones populares de Jaén Francisco Jiménez ha ofrecido el II Pregón de las fiestas ‘Noche de San Antón’, en el teatro Darymelia, sobre un escenario lleno de ramas de olivo y ante la imagen de San Antón.
Jiménez hizo un recorrido sentimental por los orígenes de la fiesta. “Amo a Jaén”, dijo para arrancar. Con su pregón habló con el corazón más que con la voz, aunque se atrevió incluso a cantar. Animó con melenchones el aforo, de la mano de las voces y danzas de la Asociación Provincial ‘Lola Torres’.
“Día es de San Antón, ese Santo señalado / cuando salen de Jaén / cuatrocientos hidalgos / y de Úbeda y Baeza / se salían otros tantos”, recitó como el romance que da fe de la importancia y fama de esta devoción desde el año 1245. “Un montón de leña, un esperpéntico muñeco, brasas llenas de viandas, unos cantes, frío intenso, blanco maíz explotado y un enorme corro, son los ingredientes de la que es la más antigua, popular y auténtica fiesta de nuestra ciudad”, dijo el pregonero.
Sobre la fiesta de San Antón, afirmó que “lo único que hace falta es ser de Jaén”, porque “se abre a todos los corazones y al mundo”. No faltaron los melenchones, “un canto ancestral, no aprendido en escuelas de canto ni de danzas, coplas surgidas de la misma sangre de generaciones, danzas de corro, correnderos, baile de la rueda en la capital”.
Hizo un guiño a jienenses como Fernando Lorite, Rafael Ortega Sagrista, Manuel López Pérez y Pilar Sicilia, que han trabajado en su recopilación y en el impulso desesperado por la recuperación de las fiestas.
En cuanto al cambio a sábado de las lumbres, reservó su opinión, admirando “el revulsivo cultural, deportivo y turístico, que predomina estos días”, llamando al diálogo para recuperar lumbres tradicionales. Sobre la carrera, señaló el acento internacional de la masa de corredores.
El pregón finalizó con la actuación de la Banda Municipal.
