El pintor jiennense Miguel Viribay (Úbeda, 1939) ha participado en el ciclo de conferencias organizado por la Consejería de Cultura con motivo del 50º aniversario del Museo de Jaén, ofreciendo una charla con la que desentrañó la sección de Bellas Artes del Museo, recreando un paseo por el tiempo a través de sus obras, autores, estilos y etapas, derrochando conocimiento y sabiduría.
Presentado por la directora del Museo, Francisca Hornos, el conferenciante señaló al Museo de Jaén como una “institución capital” en la ciudad, símbolo de “cultura y libertad”. Avanzó explicando las diferencias entre la atención a la pintura ayer y hoy, y cómo ha cambiado el concepto, apuntando que en el caso de las obras de arte “ningún tiempo pasado fue mejor”.
Desde la pintura de historia de Vicente Palmaroli, “purísima y poética”, que comparó con el único dibujo reconocido a Velázquez como “pintura de verdad”; hasta la obra del arjonero Ramírez Ibáñez, único pintor jiennense becado por la Academia de Roma, con un registro extraordinario, así fluyó la conversación de Viribay con los asistentes.
Apoyado siempre por imágenes de las obras pictóricas, también abordó la geometría de los lienzos y cómo los pintores la interpretaban, entre otros Sorolla y Zabaleta, explicando conceptos como la verticalidad de las figuras y la compensación del color, entre otros aspectos.
Destacó el cuadro de Rafael Hidalgo de Caviedes en el que muestra el enterramiento de la madre de Rómulo y Remo estando viva, como una “escena trágica llena de infinidad”, uno de los “grandes cuadros de historia por la que cuenta y cómo lo cuenta”. Tuvo que dejar atrás grandes pintores, pero no al jiennense Manuel Ángeles Ortiz.
Miguel Viribay utilizó en su polifacético discurso la técnica, la literatura y un inagotable conocimiento que arrojó aprendizaje y otra visión de las entrañas de la sección de Bellas Artes del Museo de Jaén.
El ciclo de conferencias finalizará en septiembre, con la directora del Museo de Jaén, Francisca Hornos.