La situación de
“sequía extrema” que vive la campiña jerezana trae consigo un
recorte del 25 por ciento del consumo de agua autorizado para los alrededor de dos mil regantes de la Comunidad del Guadalcacín, una medida que su
presidente, Eloy Rocha, considera inédita aunque inevitable dada la progresiva reducción de las reservas que se viene observando en los embalses de la zona.
El recorte aprobado por el
Comité de Gestión de la Sequía de la Cuenca del Guadalete-Barbate entró en vigor este sábado 1 de octubre -coincidiendo con el inicio del año agrícola-, y se extenderá hasta el 30 de septiembre de 2023.
Eso implica que
no se podrán consumir más de 3.657 metros cúbicos de agua por hectárea en estos próximos doce meses, muy por debajo de los alrededor de 5.030 que suelen ser habituales.
La primera consecuencia que tiene este drástico recorte es que los agricultores deben pensarse “mucho” por los que se puede apostar.
“Del maíz y de las hortalizas nos podemos olvidar y el algodón va a estar también muy difícil. Tendremos que ir a la pipa o el girasol”, explica Eloy Rocha, que advierte de que esa menor capacidad de elección de cultivos afectará a la rentabilidad de las explotaciones.
Mientras tanto, “se está sembrando” con cierto recelo, en el convencimiento de que “como venga otro año corto de agua” las pérdidas pueden ser millonarias, de ahí que la mayor parte de los agricultores estén “asustados” ante las incertidumbres que se ciernen sobre esta nueva campaña.
Por si fuera poco para un escenario en el que no queda otra alternativa que apostar por los cultivos económicamente menos rentables, el campo se encuentra ante un notable incremento de los costes de producción.
Eloy Rocha tiene más o menos claro que esta ecuación terminará “con el cierre de más de uno”, porque “no va a haber forma de aguantar”.
“Estamos en un año se sequía severa y somos conscientes de que esto es lo que hay, porque hay que mirar por el agua y la prioridad tiene que ser garantizar el consumo humano. El 94 fue un año muy malo, pero nunca se había aplicado un recorte así en nuestra zona”, concluye Rocha con cierta resignación.
La Comunidad de Regantes del Guadalcacín ya ha remitido escritos a sus asociados para hacerles partícipes de esta nueva realidad.
En la misiva ya se advierte de que “una vez se haya consumido la dotación” de agua, “se ordenará el corte y precintado del contador” y de que “en los casos en los que se consuma más agua” de la autorizada “se formulará denuncia ante el Jurado de Riegos”, según lo dispuesto en las ordenanzas de la institución.
El uso del agua es además “exclusivo para riego e industria”, considerándose como tal el “lavadero de productos hortícolas”.
Queda por tanto prohibido destinarla a otros usos agrícolas, entre los se encontrarían el riego de barbechos, los sistemas de aspersión antiheladas o los baldeos.
Sí se permite ceder dotaciones entre parcelas, tal y como se contempla en el Reglamento del Dominio Público Hidráulico, pero para ello será necesario comunicarlo previamente a la junta de gobierno de la Comunidad de Regantes.
Esta organización ha convocado un encuentro informativo para este próximo jueves 6 de octubre en el centro cultural de La Barca.
El tercer año más seco del siglo XXI
El año hidrológico 2021-2022 -que finalizó este viernes 30 de septiembre- ha sido en Jerez
el tercero más seco del presente siglo, con 392,7 litros por metro cuadrado, únicamente superados por los periodos 2004-2005 (203,9) y 2018-2019 (357,2).
Además, las lluvias acumuladas a lo largo del periodo se han quedado
muy por debajo de la media de las registradas desde el año 2000, que es de 534,56 litros por metro cuadrado.
Eso significa que el año hidrológico que acaba de finalizar ha sido un 26,53 por ciento más seco que la media de ese periodo.
El volumen de precipitaciones ha sido también sensiblemente al de los dos ciclos anteriores, en los que se habían acumulado 462,1 y 461,1 litros por metro cuadrado.
En el lado opuesto se encuentra el periodo 2009-2010, que se cerró con 927,1 litros.
El hecho de que los últimos años no hayan sido especialmente lluviosos ha traído como consecuencia un progresivo
descenso en los niveles de reserva de agua en los pantanos de la provincia, que actualmente embalsan 452 hectómetros cúbicos de agua, encontrándose al 24,82 por ciento de su capacidad.
Hace justo doce meses las reservas eran de 578 hectómetros cúbicos, siendo de 1.005 hectómetros la media de los últimos diez años a estas alturas del calendario.