El pacto de Gobierno de 2007 le dio la oportunidad de ser teniente de alcalde y dirigir áreas clave como Cultura o Feria y Fiestas. Ahora, con la experiencia de Gobierno en su bagaje, Inmaculada Nieto afronta las elecciones con nuevas perspectivas y energías renovadas.
—¿Qué valoración hace del mandato municipal?
—Han sido cuatro años muy difíciles. El contexto en el que hemos trabajado no se ha parecido en nada a cómo eran las cosas cuando comenzó, porque ni se veía venir la crisis, ni las consecuencias que iba a tener. Y la verdad es que nosotros, además, que no teníamos experiencia de Gobierno y llegábamos con mucha ilusión, ha sido duro por ese tema pero también por el descrédito generalizado que ha crecido entre la población sobre la clase política, y sobre la corrupción de gente, que en tiempo de bonanzas, se ha ido enriqueciendo con los recursos públicos. Ha sido duro vernos dentro del mismo saco que esa minoría de delincuentes. Hemos pasado momentos de mucha dificultad, y lo hemos sufrido con esfuerzo y con vocación de servicio público. Ha sido un mandato mucho más diferente del que pensábamos que iba a ser.
—¿Y la gestión en Cultura?
—Estoy satisfecha, porque nosotros heredamos una Fundación Municipal de Cultura, cuando todavía no había crisis, con muchos problemas económicas y muy desacreditada ante otras instituciones y la ciudadanía, y en este mandato, a eso le hemos dado la vuelta. Hemos estabilizado una programación en la ciudad en todas las estaciones y hemos restituido los canales de comunicación con otras instituciones, como la APBA, la ONCE, la UCA. Hemos conveniado con la Agencia del Flamenco, nos hemos adherido a los circuitos de música y de cine de la Junta. Creo que respaldando iniciativas nuevas, hemos diversificado la agencia del ocio, le hemos prestado atención a la infancia. Creo que el esfuerzo que hemos hecho el equipo humano de la Fundación merece un reconocimiento, porque ha pasado la adversidad con los mimbres puestos para mejorarla en el futuro.
—Criticaba esta semana la tibieza del PSOE en el cumplimiento de algunos acuerdos del pacto...
—Sí, porque claro, en el acuerdo de Gobierno diferenciábamos bloques. Había algunas cosas que eran de competencia exclusivamente municipal, que sabíamos que de nuestros esfuerzo podíamos seguir para adelante, y luego otras de las que necesitábamos de otras administraciones de fuera de la ciudad, como es el caso del soterramiento, del Florida, de la Ciudad de la Justicia, elementos que la ciudad las necesita y son interesantes y un espaldarazo para Algeciras. Y de las que dependen de otras administraciones, la ratio de cumplimiento ha sido muy pequeña. Y dado que, quien estaba gobernando en todas esas administraciones era nuestro socio de Gobierno, hemos entendido que nuestros compañeros de Gobierno de aquí no han sido suficientemente contundentes ante otras instancias para reclamar esa atención para la ciudad. Y eso no es ningún secreto, que hemos tenido diferencias en el mandato nacidas de eso, como por el tema del Florida, donde he sido muy crítica porque no es razonable y no tiene excusa para un retraso de tantos años para que una gran ciudad tenga su teatro rehabilitado. No es de recibo, como la Ciudad de la Justicia. No ha habido un canal fluido de comunicación de los socialistas locales con otras administraciones, como en el tema del soterramiento, donde se ha tenido una tibieza exasperante.
—¿Os han dejado trabajar?
—No sé. Hombre, momentos de dificultad hemos pasado durante cuatro años varios. Unos han sido por unas cosas y otros por otras. Y no sé que es lo que más ha habido. Sí es verdad que nosotros somos dos organizaciones muy distintas, en nuestra manera de trabajar y en nuestra manera de atender lo que hay que hacer. Cuando se trabaja con escasez de recursos, empieza a aflorar el debate de las prioridades. Y nosotros tenemos unas prioridades diferentes de las del PSOE, porque si tuviéramos las mismas estaríamos todos en el mismo partido. Y aquí, ni estamos todos en el mismo partido ni va a haber desayunos como hubo hace cuatro años de unos pidiendo el voto para otros. Nosotros vamos a pedir el voto cuando podamos para IU y ellos para el PSOE. Entonces, cuando ha habido que pedir prioridades que no estaban redactadas en el ámbito del acuerdo, pues ha habido discrepancias. Y nosotros lo que si hemos tratado de gestionar la ciudad con mucha lealtad y con mucho respeto a la voluntad del pueblo de Algeciras, que dejó al PSOE a 200 votos de la mayoría absoluta. Nosotros no hemos querido ejercer nuestro cogobierno como un derecho a veto, porque no nos lo dieron las urnas. Y nosotros hemos trabajado desde una posición de lealtad que diría que raya lo impecable. Porque si no hubiésemos aceptado la Alcaldía que nos ofrecía el PP. Fíjate que fácil habría sido.
—Patricio González os acusa precisamente de deslealtad...
—Patricio González, la verdad es que por fortuna, ya no es una persona que sea una referencia en la toma de decisiones en esta ciudad, que todavía está pagando las consecuencias de decisiones que tomó Patricio González. Yo, como delegada de Cultura, he podido conocer los entresijos de la Fundación, que él gestionó durante todo el tiempo que estuvo en la Corporación. Yo creo que estoy en condiciones de afirmar con total claridad que Patricio González lo mejor que puede hacer el hombre es seguir con sus cosas, que ya con lo que ha hecho en el Ayuntamiento ya hay bastante y va a haber para muchos mandatos hasta que pongamos las cosas en su sitio.
—¿Cree que la crisis interna que ha habido en el PSOE le puede pasar factura en las elecciones?
—Hombre yo creo que, al final, la ciudadanía será con su voto quien juzgue el proceder de cada quien. El PSOE tiene un problema de liderazgo en Algeciras, pero no es de ahora. Yo empecé a trabajar aquí en 1997 y recuerdo a Salvador de la Encina como candidato a la Alcaldía y portavoz de su grupo municipal. Luego se sacó el acta de diputado y se marchó. Recuerdo a Juan Antonio Palacios candidato a la Alcaldía, alcalde, dimite y luego viene Tomás. Tomás dimitiendo, y luego viene Diego. Tienen un problema de liderazgo aquí que arrastra su asamblea desde hace muchos años, que no acaban de cuajar un equipo humano que consolide su referencia pública en Algeciras. Y eso acaba pasando factura a cualquier formación, si no estabiliza ese equipo. Y luego ha habido cosas que no se han entendido, que quien era subdelegado ahora es candidato, y quien era alcalde ahora es subdelegado. Cuanto menos es desconcertante para una persona de a pie. Eso sumado a un contexto de decisiones no afortunadas de su partido en ningún ámbito desde que empezó la crisis, es razonable pensar que algo se les va a quedar por el camino.
—Pero el destino electoral de IU está ligado al del PSOE, ¿no?
—Yo creo que si el destino electoral de IU va ligado a todo esto vamos a salir fortalecidos, porque nuestro papel de cascos azules en este mandato nadie puede dudarlo, y si no hubiera sido por la templanza de nuestro grupo municipal, las discrepancias que ya no tenía sentido taparlas hubieran afectado mucho a la institución. Y nuestro papel mediador y conciliador no hay más que verlo. Que todo ha seguido andando a pesar de que ha habido dificultades, que todo el mundo las conoce, pero no por IU. Y si estas circunstancias, si las valora la ciudadanía, nos fortalecerá, y si valoran nuestra actitud ante la crisis, nos fortalecerán, y si valoran nuestra dedicación y nuestra cercanía a las personas, nos fortalecerá. Nosotros estamos en condiciones razonables de pasearnos por Algeciras y mirarle a la cara a cualquier persona. Hemos sido honrados, discretos, leales y trabajadores.
—¿Por eso habla de pedir la Alcaldía?
—Sí. Sin lugar a dudas. Si nosotros hemos trabajado juntos y se da ese escenario en el que a ellos se les castiga y a nosotros se nos premia, y hay unos vasos comunicantes que revierten en un incremento de apoyos para IU, ese escenario de negociación no tiene nada que ver con el de hace cuatro años, y estamos en condiciones razonables de pedir la Alcaldía, aunque no tuviésemos más votos que ellos. Ser la primer mujer alcaldesa de Algeciras sería un honor.
—¿Ha dolido en IU la entrada de Miguel Alberto Díaz en las listas del PSOE?
—En términos orgánicos, no. Hace ya mucho tiempo que Miguel inició ese viaje, y que se encontraba a la derecha de IU. Era quizás lógica en esa evolución suya que se dedicase ya a trabajar a un nivel activo en el PSOE. Él es una persona muy querida por mucha gente de esta ciudad y ha dado un paso a la política activa cuando no se lleva, cuando estamos en un momento de desacreditación de las personas que nos dedicamos a estos. Y eso ya es un aval. Y lo ha hecho en las filas del partido al que él está más cercano desde hace ya bastantes años. En lo personal, no afecta al aprecio que le tenemos. La política, al final, no lo es todo.
—El escenario electoral, con nueve partidos, no se aleja mucho al final del de 2007...
—Es que Algeciras es una ciudad de muchas candidaturas, en una medida superior en general a la de grandes ciudades. Lo que ocurre es que si te pones a analizar quién ha tenido representación municipal desde 1979 para acá, al final han sido los partidos clásicos. La experiencia localista no parecen ser de mucho recorrido en Algeciras.
—Pero, ¿jugarán un papel clave a la hora de restar votos?
—También depende del perfil de cada candidatura. Nosotros, en el ámbito en el que nos movemos, que es el de la izquierda, no parece que tengamos otra candidatura que nos esté restando ese espacio. Ahora, desde IU hacia la derecha, parece que sí se pueden entorpecer unos electorados con otros. Pero yo creo que lo que más daño le hace a la conformación de la institución es la abstención. Es una pena, porque se abarata mucho la representatividad ciudadana. Yo creo que el que no esté de acuerdo con nada, debería ir y votar en blanco. Pero hay que votar. Porque hay una lejanía y un desapego y un hartazgo que al final les lleva a no votar, lo que es muy malo para su vida cotidiana y muy empobrecedor de la calidad de la democracia local. Ahí deberíamos estar todos haciendo los deberes para reconciliar a las instituciones con los ciudadanos, que lleve a la gente a reconsiderar la importancia que tiene su voto.
—¿Qué perspectivas electorales tiene IU de cara al 22 de mayo?
—No somos una organización con recursos como para hacer encuestas, porque yo por mi oficio ya sé para lo que valen. Lo que sí que parece en la media de los sondeos es que va a haber un crecimiento a nivel general. Que eso se concrete también aquí, lo desconocemos. Nosotros vamos a trabajar mucho en la campaña e intentar darle a la ciudadanía todos los datos que nos piden. Y esperanzados en que ese reencuentro con sectores de la progresía se consolide y nos podamos beneficiar de ello.