El instituto armado informó ayer que un grupo de agentes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (Edoa) averiguó durante sus investigaciones que un domicilio de la localidad estaba siendo utilizado como “guardería” (almacén para la droga).
Los guardias civiles entraron en la vivienda y vieron que en una habitación había numerosas tabletas de hachís de 200 gramos cada una esparcidas en un colchón y en una mesita de noche, así como tres fardos de hachís en un rincón del salón.
La actuación concluyó sin detenidos y de los hechos se instruyeron las correspondientes diligencias, que han sido puestas a disposición judicial junto a la droga intervenida, que arrojó un peso total de cien kilos