La Delegación municipal de Urbanismo ya ha ultimado el preceptivo expediente para incluir en el Registro de Solares y Edificaciones Ruinosas a dos fincas situadas en la calle Alcubilla, a pocos metros de Cuatro Caminos de varios atractivos turísticos de la ciudad.
Las construcciones, abandonadas desde hace ya varias décadas, ocupan el número 43 de la calle Alcubilla y hacen esquina con la calle Pedro Nolasco.
La
delegada municipal de Urbanismo, Belén de la Cuadra, aseguró en el Pleno celebrado este pasado jueves que el procedimiento se encuentra ya en su “recta final”, respondiendo así al interés mostrado por Vox, que advirtió incluso de la posibilidad de que estas fincas pudieran producirse desprendimientos que afectaran a los viandantes.
El Consistorio debe ahora contestar a los recursos presentados por los titulares de las fincas en el periodo de audiencia y una vez superado este trámite administrativo las construcciones podrán salir a concurso.
Carencias de personal
El problema que observa Vox en estos procedimientos es la
falta de recursos humanos con los que hacer frente a los mismos.
Así,
el concejal Ignacio Soto denunció que
Urbanismo únicamente dispone de un trabajador para dar salida a estos expedientes, a todas luces insuficiente si se tiene en cuenta que en el
Registro de Solares y Edificaciones Ruinosas están ahora incluidas casi un centenar de construcciones.
“El Registro de Solares ha demostrado ser una de las herramientas más eficaces para rehabilitar este tipo de edificios, por lo que es necesario potenciarlo desde el punto de vista de personal, porque solo se dispone de un técnico y está más que saturado”, insistió Ignacio Soto.
Además del caso de Alcubilla 43, Vox advirtió de la necesidad de dar solución a otros inmuebles que están siendo ocupados de manera ilegal y en los que se generan además conflictos vecinales.
Soto incidió en el caso de Argüelles 9, una finca en estado ruinoso que ha sido tapiada por el Ayuntamiento pero a la que se puede acceder desde un edificio colindante.
En este caso concreto, Soto aseguró que esa construcción está siendo utilizada para consumo y distribución de estupefacientes, dándose además la circunstancia de que junto a ella existe una residencia para alumnos Erasmus y habiéndose generado ya varios conflictos.