La orden del alcalde obedece, al más que dudoso gusto publicitario, por suponer en cierta medida una falta de consideración hacia la mujer, a la que, en este caso, se trata como un objeto sexual y, por otra parte, a la ubicación del citado cartel, pegado a la valla de un colegio, que no es la más adecuada.
Landaluce ha dado orden a los servicios municipales para que tapen de manera inmediata la leyenda citada con anterioridad, mientras los técnicos del Ayuntamiento valoran las posibilidades legales de que se pueda colocar una valla de tales características en los aledaños de un colegio, o incluso en el término municipal.
Tras consultar a la empresa que gestiona estas vallas, ésta ha informado de la existencia de otras tres repartidas por la ciudad. Ante esta situación, el alcalde ha exigido la retirada de la leyenda en las cuatro, a la vez que a pedido que incluso se retiren las vallas completas.