Los trabajadores de la factoría algecireña de Torraspapel refrendaron ayer en asamblea extraordinaria el principio de acuerdo alcanzado con la compañía papelera que supondrá el cierre de las instalaciones y la pérdida de 150 puestos de trabajo.

El portavoz del comité de empresa, Francisco Díaz, aseguró que “la aceptación del preacuerdo ha sido casi unánime ya que sólo una persona se ha mostrado en contra de lo pactado”.

En cualquier caso, las negociaciones que la Junta de Andalucía mantiene abiertas para la compra de la planta por parte de la multinacional británica LPC, para retomar así la actividad industrial, parecen haber pesado favorablemente a la hora de que los empleados ratificarán el acuerdo.

Según Díaz, “éste ha sido un factor importante que ha influido. Nosotros no sabemos nada concreto pero cuando preguntamos nos indican que va por buen camino. Estamos a la expectativa”.

En cualquier caso, desde el comité se señala que “estaríamos encantado de que todo concluyera con éxito”.
A partir de ahora, trabajadores y empresa deberán volver a reunirse para ultimar la firma del Expediente de Regulación de Empleo (ERE). Un sellado que podría demorarse hasta la semana que viene, entre lunes o martes, al “no correr prisa ya”.

Por otro lado, Díaz subrayó que  “seguiremos luchando porque el preacuerdo también incluya a siete trabajadores empleados mediante ETT´s. Si no es de una manera de otra, trataremos de incorporarlos”.

Aquí cabe recordar que, según indica el comité de empresa, “de los 16 trabajadores por puesta a disposición, hemos conseguido que a nueve se les reconozca con contrato indefinido y que queden añadidos al expediente”.

En cuanto a la posibilidad de que parte de la plantilla se traslade a la fábrica de Motril, Díaz avanzó que todavía no se dispone de datos concretos. “Me imagino que sí que habrá finalmente quien opte por trasladarse. Motril es un sitio bonito para vivir y la fábrica es una gran planta. El que elija desplazarse hasta allí, no se va a equivocar seguro”, declaró.
Desde el comité de empresa  se repasa que, el haber bajado la edad de prejubilación a los 52 años, “es importante ya que si no aumentaría el costo de manera importante”.
Con todo, Díaz aseguró que mantiene “un sabor agridulce. Es un momento difícil, ya que es duro de aceptar. Por la noche no se puede dormir y es un trago bastante amargo”.
Paralelamente, el preacuerdo también ha sido ratificado por otras  dos de las plantas a las que afectaba el ERE, Sarriá del Ter y Barcelona.

acuerdo
En principio, el esquema del preacuerdo se desarrollará en estos días antes de la firma definitiva. Éste incluye, para la planta algecireña, alrededor de 67 prejubilaciones y 80 despidos con indemnización o recolocación, a la espera de que se cierre la venta de la fábrica a la multinacional LPC.
En cuanto a las prejubilaciones, estas se llevarán a cabo desde los 52 años, variando el porcentaje de sueldo neto desde el 80% fijado para la banda más baja.