El juicio por el crimen del indigente que en febrero de 2011 fue encontrado sin vida en la planta de reciclaje de Las Calandrias espera veredicto en las próximas horas después de que ayer concluyera la tercera y última jornada de la vista que ha sentado en el banquillo de los acusados a cuatro imputados. Aunque ni Michal P., Darius J., Marek K. y Rau T., han querido declarar ante la juez y se han limitado a contestar a sus letrados de manera escueta y vía intérprete debido a su nacionalidad polaca y alemana, el Ministerio Fiscal mantuvo ayer su petición de 20 años de prisión por cabeza por un presunto delito de asesinato. Según sostuvo ante el tribunal, le dieron a la víctima, el polaco Alexander G., la muerte “más indigna” y “deplorable” que puede haber.
Tras remitirse a sus “múltiples contradicciones” en sus declaraciones ante la Policía y el juzgado cuando fueron detenidos, después de que en el juicio se hayan limitado a negar todos los hechos, afirmando únicamente que la noche de los hechos estuvieron juntos bebiendo, el fiscal les culpó de “crear riesgo y no hacer nada para evitarlo”. En este sentido, en su exposición de las conclusiones afirmó que los cuatro procesados actuaron con alevosía al “aprovecharse” del estado de embriaguez de la víctima –que era seis veces por encima de la tasa de alcoholemia permitida- y lanzarlo al contenedor inconsciente “dejándolo sin posibilidad de defenderse”, añadió.
Por ello, llegó a comparar este crimen con el de la pequeña Mari Luz Cortés “con la diferencia de que a ella le arrojaron al río inconsciente por las lesiones provocadas y a él (por el indigente) a un contenedor”, tras resaltar la condena por asesinato dictada por la Audiencia Provincial de Huelva que tiempo también ratificaría el Tribunal Supremo.
“Desequilibrio” de fuerzas
Para el Ministerio Público, el “desequilibrio” de fuerzas empleadas por los cuatro acusados sobre la víctima y su embriaguez justifican con creces la alevosía cometida en este crimen así como el hecho de que tras la “pluralidad de golpes” que recibió el fallecido “se deshicieran de una persona viva como si fuese una rata” lanzándolo a un contenedor. Las defensas piden la libre absolución de sus acusados, mientras que los miembros del jurado popular se retirarán a deliberar su veredicto en las próximas horas.
Sangre de Michal en la chaqueta del fallecido
En una videoconferencia, el perito confirmó ayer que la sangre de la cazadora del fallecido que encontraron en la casa abandonada de la calle Lealas donde solían dormir era de la víctima y de Michal P. Además, una camiseta interior y un chubasquero de Darius también tenía sangre suya y de Alexander. Respecto a los restos de sangre hallados en la señal de tráfico y cerca del contenedor, explicó que no se ha podido saber a quién pertenecían por ser “críticas” al no haberse podido extraer suficiente ADN para cotejarlas.
“Murió por asfixia en 5 o 10 minutos"
Los forenses confirmaron que fue el mecanismo compactador del camión que transportó el cuerpo hasta la Las Calandrias el que le causó la muerte por asfixia “en cinco o diez minutos” por las fracturas costales izquierdas y derechas. Además, explicaron que las contusiones de la cabeza son “compatibles” tanto con “golpes” recibidos por cuatro personas “al mismo tiempo” como por los que pudo sufrir en el camión al caer del contenedor. La víctima también presentaba un edema cerebral.