Los vecinos de La Asunción están sufriendo en primera persona los efectos del parón que padecen las obras de la futura jefatura de la Policía Local, en los terrenos de la antigua cárcel. El estado de abandono en que se encuentra el solar y las lluvias del pasado invierno han provocado que la maleza crezca de manera insospechada, recreando una suerte de selva urbana habitada por todo tipo de insectos, ratas e incluso culebras.
El presidente de la asociación de vecinos, Francisco Soto, lamenta que nadie tome cartas en el asunto, a pesar de que “los bichos están saliendo ya por todas partes”. Además de ello, otra de las cuestiones que inquieta a los vecinos es el peligro real de incendio que existe en el solar, sobre todo ahora que las temperaturas empiezan a elevarse.
Soto recuerda que esta situación fue denunciada hace ya varios años, provocando entonces el derribo de la antigua cárcel. De aquella demolición -que se hizo esperar bastante tiempo- han pasado ya casi tres años y el problema de fondo sigue sin resolverse debido a la parálisis que sufren las obras de la nueva jefatura de la Policía Local.
Esta circunstancia impide que el solar sea debidamente urbanizado, convirtiéndose en foco cotidiano de problemas y protestas vecinales. Por si fuera poco, la situación no afecta únicamente a los residentes en la barriada de La Asunción, sino a los escolares del colegio de Infantil y Primaria Nuestra Señora de la Paz, cuyos patios iban a ser supuestamente ampliados con la reurbanización de este solar y que no sólo ve impedido su crecimiento, sino que debe convivir con este verdadero foco de infección.
El presidente del colectivo vecinal asegura que también ha dado “parte” a la Delegación municipal de Medio Ambiente para que proceda a la poda del arbolado, que ha crecido de manera notable en los últimos meses y que, en algunos casos, facilita que los roedores accedan a las viviendas que se encuentran más próximas a este solar. Soto confía en que sus demandas sean atendidas.
