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El Obispado encarga a Tragsa la rehabilitación de Santiago

La firma del contrato que dará paso a las obras se ha fijado para el próximo jueves

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  • Yanes, en su intervención. -

El Obispado de Asidonia-Jerez va a poner en manos de la empresa pública Tragsa las obras de rehabilitación de la iglesia de Santiago. Está previsto que el contrato entre las partes se firme el próximo jueves, pudiéndose iniciar los trabajos de manera inmediata. De hecho, el estudio del arquitecto Emilio Yanes -que es quien va a dirigir el proyecto- se ha puesto ya en contacto con quien será el jefe de obras para perfilar detalles de la actuación. 

Una vez que se inicien, los trabajos contarán con un plazo de ejecución de 14 meses y un presupuesto total de 2,3 millones de euros. En teoría, el proyecto debe poner fin a los males estructurales que aquejan al templo prácticamente desde su construcción y que han ocasionado que se produzcan desplomes cada cincuenta años.

“No he tenido ningún problema en mi trayectoria y nunca me encargaron nada que no fuera un problema. Lo único que hecho en mi carrera es resucitar muertos y algunos de ellos venían ya putrefactos. Todos los problemas estructurales están controlados y no creo que podamos encontrar nada nuevo porque llevamos muchos años invertidos en este trabajo”, explicó ayer el propio arquitecto, que se mostró convencido de que “financieramente no hay empresa más solvente ahora mismo en España” que Tragsa.


No en vano, conviene recordar que las obras de rehabilitación se paralizaron al declararse suspensión de pagos en la anterior constructora, Cimtra.

Precisamente uno de los temores que había era que pudiese repetirse una situación similar con otra constructora, habida cuenta, como reconoció el propio Yanes, de que muchas de estas empresas están echando el cierre por culpa de la crisis.

Una lucha contra los defectos de construcción

Emilio Yanes fue muy claro al abordar los problemas estructurales que aquejan secularmente a la iglesia de Santiago. “El gótico se basa en la geometría, en el equilibrio de las masas. No hay equilibrio sin simetría y si hay descompensación, el edificio se cae. Y este edificio tan bello, esta auténtica catedral, tiene tendencia a abrirse. Esa es la base del problema. Formalmente estamos ante una iglesia gótica, pero no estructuralmente, porque no está equilibrada. Su arquitecto, Alonso Rodríguez, tiene una concepción gótica meramente formal, pero no sabe cómo funciona el gótico y por eso ha tenido accidentes gravísimos”, explicó.

Además, se da el hecho de que el edificio “no preavisa”, por lo que resulta “muy difícil” percibir el riesgo. De hecho, está expuesto a cualquier incidencia.

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