El equipo técnico que capitanea el director y guionista jerezano Juan Miguel del Castillo acaba de iniciar el rodaje del largometraje Techo y Comida, un drama social y reflejo de la sociedad en la que vivimos que narra la historia Rocío (interpretada por Natalia de Molina), una joven madre soltera sin trabajo, que se busca la vida a diario para mantener a su hijo Adrián, de 8 años. Su día a día gira en torno a su pequeño, ya que lo que más teme es perder su tutela porque de un tiempo atrás no cuentan con ningún subsidio ni ayuda. Unas circunstancias perfectamente extensibles a cualquier familia jerezana y del resto del país. La vida de ambos sufrirá un nuevo revés, el más duro de todos,  cuando llega la orden de desahucio del piso en alquiler en el que viven (en La Granja).


Junto a De Molina, ganadora del premio Goya en 2014 a la mejor actriz revelación por su papel en Vivir es fácil con los ojos cerrados, película que representará también a España en Los Oscar, la cinta también está protagonizada por Mariana Cordero, Gaspar Campuzano y Mercedes Hoyos. Con una buena parte de las escenas en la barriada de La Granja, esta producción independiente coordinada por Diversa Audiovisual es una clara reivindicación que se decanta del lado de los desfavorecidos pero aparcando la demagogia, como ellos mismos dejan claro en la presentación de su proyecto.


Un proyecto que lleva muchos meses gestándose y del que su director ha hecho partícipe a todos sus seguidores en las redes sociales (Twitter, Instagram, Facebook) ofreciendo todos los detalles de las pruebas de guión y actualizando todos los contenidos en www.techoycomida.com. Pero no sólo eso, después de grabar las primeras escenas en interiores, en la que ganadora del Goya se come a la cámara, el equipo de esta película  ha dado la oportunidad a los interesados, que son muchos, de seguir el rodaje en directo  a través de streaming (www.techoycomida.com). Así ocurrió el viernes y este sábado pasado, lástima que el último se tuviera que suspender por la lluvia.

En cualquier caso, dio tiempo a ensayar y a movilizar a toda una hermandad, sí, la del Transporte, cuyo paso de misterio procesionó de forma extraordinaria por la calle Nueva para grabar escenas de la Semana Santa jerezana ante la mirada de muchos jerezanos atónitos, que no tenían ni idea de lo que estaba ocurriendo, y de la participción de otros muchos figurantes de todas las edades. Habrá que volver a repetir, pero el equipo salió contento.