Los treinta alumnos de infantil del CEIP Nueva Jarilla no pudieron acceder este lunes a sus clases a causa del desprendimiento de parte del falso techo de escayola de una de las aulas. Por fortuna, todo debió ocurrir durante el fin de semana, ya que fue la profesora la que descubrió los desperfectos al acceder al centro a primera hora del lunes. El Ayuntamiento ha ordenado el cierre cautelar del aulario, ya que tras la inspección realizada desde el Departamento de Disciplina Urbanística, se ha podido comprobar “que el desplome ha dejado al descubierto parte del forjado, donde se aprecia un deterioro estructural”.
A partir de este martes se van a llevar a cabo catas en el forjado de todo el aulario de Infantil “al objeto de comprobar si se encuentra afectado por el mismo grado de deterioro”. Una vez realizadas estas catas, explica el delegado de Urbanismo, Francisco Camas, “se procederá a la redacción del informe definitivo sobre el estado de las aulas donde se especifiquen, además, las medidas necesarias para garantizar la seguridad”.
Las delegadas de Educación y Medio Rural, Laura Alvarez y Carmen Collado, también se desplazaron al centro junto al alcalde pedáneo, Javier Contreras, para conocer de primera mano la situación y ofrecer al colegio toda la colaboración disponible. Así, se ha ofrecido a la directora del centro, María del Carmen Barrones, medios para colaborar en el traslado de los materiales necesarios para que los 30 niños afectados por este desprendimiento puedan retomar sus clases lo antes posible en el edificio de Educación Primaria.
De hecho, en la mañana de este lunes, las propias madres de los alumnos comenzaron a ayudar a la profesora a realizar dicho traslado, según relató una de las afectadas a este periódico. “De momento, ni el lunes ni el martes podrán ir los niños al colegio, ya que además del traslado hay que hacer sitio a los alumnos en el edificio de Primaria, lo que obligará a adaptar las aulas de música y el laboratorio para que puedan seguir allí sus clases los niños de primero y segundo”.
También visitaron las instalaciones concejales del PP, entre ellos María José García Pelayo y Antonio Saldaña, que comprobaron in situ el “mal estado de la estructura de la cubierta del edificio, con las vigas afectadas por la corrosión, con un grave riesgo de que se vuelva a producir en otra parte de la edificación”, apuntaba el propio Saldaña.
Las madres de los alumnos respiraban este lunes con cierto alivio al comprobar que el desprendimiento del techo no se había producido en horario escolar, ya que habría cogido de lleno a varios pequeños, al ser una zona en la que “se ponen los niños la mayor parte del tiempo para las asambleas”, explicaba una de ellas. No obstante, recalcan que el edificio en el que está el aulario de infantil “está muy viejo” y recuerdan que hace seis años pasó lo mismo en el pasillo que conduce al patio a causa de la humedad.
