Resignados, impotentes y cansados de que “cuatro garbanzos negros estropeen el potaje en un momento”. Son palabras de Francisca Salas, presidenta de la asociación de vecinos Pedro Palma, para referirse a la realidad del Polígono San Benito, el barrio en el que ella lleva viviendo desde hace 50 años y donde la mayoría de sus residentes “son buena gente, gente normal y trabajadora que se han esforzado toda su vida para dar unos estudios a sus hijos”.
En el día después de la aparatosa reyerta vivida en la zona de las ‘casitas bajas’, que dejó dos detenidos y un herido al propinarle un golpe en la cabeza con una azada de grandes dimensiones, su voz representa al hastío de muchos de los residentes de la barriada. Están hartos de que el barrio siempre salga a la palestra por estos episodios violentos. Algunos ni siquiera salieron a la ventana, otros bajaron, a otros les pilló trabajando. “Son casos puntuales a los que se le da un bombo excesivo, no estamos hablando de un barrio conflictivo, sino de un grupo vecinal en el que la agresividad es total a partir de un simple enfado”, señala.
De hecho, tal como aclara, la zona en la que se produjeron los hechos, en el tramo final de las casitas bajas que da a la carretera de Trebujena y a la circunvalación, no es la que tiene más paso de vecinos, ni es la primera vez que sufre un suceso de esta dimensión. “No es la primera vez que hay una reyerta, ni va a ser la última si no se toman medidas y se hace la vista gorda”, lamenta Salas. En este sentido, reclama más presencia policial en el barrio y más diligencia cuando los vecinos dan aviso a las fuerzas de seguridad. “Cuando se llama a la Policía no se hace por gusto y siempre hay algo antes que San Benito.La Policía se deja ver muy poco por aquí, y a veces se les llama y los vecinos se quedan esperando”, crítica.
Si bien la asociación de vecinos tiene por norma no entrar ni “tocar” temas de drogas, ni de ocupación de viviendas, tiene claro que las fuerzas de seguridad “sí saben cuáles son los puntos negros” y donde hay que actuar. De igual manera, también exigen más contundencia contra menores y jóvenes conflictivos en la barriada que manipulan el cuadro de luces en la pista deportiva y apedrean casi a diario al centro de adultos Victoria Alba, donde han robado incluso las vallas del patio. “Cualquier día se van a electrocutar. Son niños y el futuro del barrio. Si no se les sanciona a ellos habrá que multar a los padres”, concluye.