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“Al Gobierno andaluz le pido que no engañe a los autónomos”

Lorenzo Amor, presidente de ATA, habla de sus peticiones al nuevo gobierno andaluz y al que entrará en la Moncloa, pero también del futuro del mercado laboral

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  • Lorenzo Amor, presidente de ATA -

Hace un par de años dijo que en una década la mitad de trabajadores de este país serán autónomos. ¿Cómo va esa progresión?

—Si quitamos el empleo público, hablamos de 16 millones de ocupados y tres millones y medio son autónomos. Queda mucho camino. La economía que más empuja es la digital y es la que va a provocar que haya más externalización de servicios y cada vez muchas profesiones en vez de trabajar por cuenta ajena se trabajará por cuenta propia. España es un país de servicios, no es un país industrial, y en ese país de servicios vamos a ir viendo como poco a poco va a ir incrementándose el número de autónomos. 

¿Dónde se ejemplificaría el avance de esa economía digital?


—Por ejemplo en la movilidad, en la distribución, en todo tipo de transporte. Pero también en las actividades profesionales, con consultas de abogados, médicos o gestores, on line. El primer banco de este país ya ha puesto un gestor online para sus clientes, y una aseguradora con un médico online. Así está evolucionando el mundo.

Pero en los mítines no se escucha mucho el término digitalización...

—El problema es que la digitalización va a crear muchos empleos, pero destruirá otros tantos. Lo vemos en el comercio. Uno de cada tres españoles compra una vez al mes a golpe de clic. Internet y el comercio electrónico está ganando un peso que va creciendo y sobre todo entre la gente joven. Solo el 23% de los autónomos utiliza las nuevas tecnologías en su actividad o negocio, y a veces son las que tienen nivel de facturación más bajo los que más las utilizan. Las otras no lo están poniendo en marcha. Y es un problema porque la innovación y la economía digital crece en todos los países del entorno. En España lo que ha fallado sobre todo es la campaña de sensibilización, porque lo primero no es ponerle a alguien un ordenador, o una página web, es decirle a ese señor lo que va a pasar si no cambia el chip. Sensibilizamos en ciberseguridad, pero no sobre el comercio electrónico y sobre lo que nos viene. La gente sigue esperando a que la gente entre en su negocio por su puerta, y a la gente hay que arrancarla de su casa.

 

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¿Cómo ha acabado 2018?

—Cádiz está tirando del empleo en España, y en pocas fechas va a superar la barrera de los 60.000 autónomos por primera vez en su historia, con un crecimiento del 2,4% que es tres veces el crecimiento de España y una décima por encima del andaluz. Son 1.400 nuevos autónomos en el último año, y este 2019 vamos a terminar con un crecimiento parecido. Y si se ponen en marcha las ayudas que anuncia la Junta ayudará a repuntar un poco más. Necesitamos una asignatura pendiente, ganar tamaño empresarial, porque no hemos recuperado el nivel de empresas previo a la crisis, y eso es difícil, porque las empresas de grandes dimensiones es difícil que surjan. Tal vez lo ideal sería que crecieran el número de empresas con más de cinco trabajadores, pero resulta muy complicado hacerlo con las de más de cien.

¿Cuáles son los perfiles del incremento del número de autónomos?

—El crecimiento se debe a la incorporación de mujeres, de entre 30 y 49 años, que antes se dedicaba al comercio y ahora son profesionales, con un peso importante. El hombre que se incorpora es mayor de 55 años y suelen ser personas expulsadas del mercado laboral y que entran a los autónomos como última oportunidad, mientras que la mujer lo hace como emprendedora.

El Gobierno andaluz amplía la tarifa plana de 50 euros a dos años, pero expertos dicen que es una máquina para hacer falsos autónomos. ¿Lo comparte?

—La tarifa plana es una gran medida que ha ayudado a que surjan muchas iniciativas emprendedoras, que ha ayudado a consolidar la actividad, que ha facilitado el emprendimiento, que ha aflorado mucha economía sumergida, que mantiene a la gente que la usa un mayor tiempo como autónomo. Que hay empresas que han utilizado la tarifa plana para hacer que sus trabajadores sean falsos autónomos, pongamos mecanismos, pongamos radares, aunque son menos de las que pensamos, pero no quitemos la tarifa plana, porque es de los incentivos más baratos para activar y ayudar al empleo, porque cuesta poco. En 1987 nos daban un millón de pesetas por hacernos autónomos. La tarifa plana no llega a 3.000 euros el coste, y además te permite mantenerte en la actividad. El gasto es si completas los 24 meses.

¿Tienen datos de la economía sumergida que ha aflorado gracias a los autónomos?

—La economía sumergida es complicada, ya que es irregular. Hablamos de trabajos que se realizan de muchas formas, trabajando sin cotizar, con empresas que contratan por cuatro horas  y los empleados trabajan ocho, jubilados que hacen trabajillos extra, o que cobran prestación y hacen trabajos sin declararlo. Cuando le preguntas a los autónomos cuál es su primer problema no te señalan el IVA ni las cotizaciones o los impuestos, te señalan la economía sumergida, porque es competencia desleal, y las trabas administrativas que encuentran para todo. Esto es un problema. El Gobierno andaluz va a poner tarifa reducida de 30 euros para mujeres del ámbito rural y yo tengo que aplaudirlo, porque en ese ámbito rural hay muchas actividades que se realizan, que facturan 600 euros, que no son habituales, y que ahora pagarán 30 euros dos años y van a hacer que esa economía aflore, y hay que ayudar a la gente para que su actividad emerja.

¿Por qué es tan complicado que un autónomo cotice por lo que ingresa?

—No es complicado. El problema es poner los mecanismos para que cotice en cada momento lo que facture. Los rendimientos netos de un autónomo no se saben hasta transcurridos 15 meses. En otros países, cuando termina la campaña fiscal, aparte de pagar sus impuestos paga su parte de la Seguridad Social. Pero un autónomo no es un asalariado. Si tengo este año un rendimiento neto de 20.000 euros ¿quiere decir que tengo que cotizar por 20.000 euros? Es muy complicado, porque ese dinero es su colchón financiero para mañana. Hay que buscar un sistema parecido a los módulos, con unos tramos de cotización. El problema de cotizar en función de los ingresos es que nos podamos llevar una sorpresa porque haya menos recaudación de la Seguridad Social. Hay que tener claro que un autónomo que factura 700 euros, no puede pagar 280.

¿Qué ingresos de media tiene un autónomo en estos momentos?

—El rendimiento medio de un autónomo está en torno a los 15.000 euros sin pagar Seguridad Social. 1.200 euros mes, aproximadamente. Y hacen un esfuerzo mayor que un asalariado.

¿A qué modelo laboral vamos?

—Cada día hay menos gente cotizando en base máxima, porque hay menos salarios, y los nuevos contratos se hacen por debajo de 1.500 euros. Por mucho que queramos, podemos poner el salario mínimo por convenio en 1.000 euros, pero va a ser difícil que suba por encima de 1.500, porque las empresas buscan ahorrar costes para ser competitivos, porque es lo que toca.

Entonces vamos a modelo de más precariedad...

—Yo no lo llamaría modelo más precario, sino un modelo donde primero no vamos a tener un trabajo para toda la vida, ni una sola empresa para la que trabajar, y no vamos a tener un trabajo por cuenta ajena, sino que habrá quien lo haga por cuenta ajena y propia. No habrá un modelo donde trabajaremos en un centro de trabajo, sino que habrá tres centros de trabajo diferentes, y algunas personas trabajarán desde casa o desde donde sea con un móvil.

¿Qué peticiones hace al nuevo gobierno andaluz y cuáles trasladará al nuevo gobierno central?

—Al andaluz que no engañe a los autónomos, que cumplan con la hoja de ruta marcada, porque creo que es acertada para la economía andaluza y generar empleo. Que cuando prometan ayudas, la cumplan, y que cuando un autónomo pregunte una cosa, se le conteste rápido, que eliminemos trabas, bajemos los impuestos, facilitemos el emprendimiento, que ayudemos a la mujer rural. Si lo cumplen, generarán los 600.000 empleos. El problema es que hasta ahora nada de esto se ha venido cumpliendo. De lo presupuestado solo se destinaba a autónomos el 40% de lo presupuestado. Eso tiene que cambiar. Que si se pide una licencia, se eliminen las 40 trabas que se piden. Y que se mire por los recursos públicos. Se gasta demasiado en cosas que tienen poco valor añadido. No entiendo que Andalucía Emprende tenga un presupuesto de 150 millones de euros y 900 trabajadores que no son funcionarios. No lo entiendo. Atienden al año a 12.000 nuevos emprendedores y con ese presupuesto equivale a 12.000 euros por cada uno atendido. Hay que buscar salida a esas cosas.

¿Pero qué medidas concretas piden?

—Hay que combatir la economía sumergida. Hay que reducir los impuestos, porque hay más capacidad de compra y eso beneficia al autónomo, que podrá crear más empleo y más bienestar social para todos. Pido estabilidad y certidumbre, también, sobre todo de cara a las generales. Hay que recuperar el espíritu de la transición, sin cordones sanitarios, que entonces no los hubo. Es necesario hablar, por el bien de la sociedad. Que dejen de pensar en su partido y más en la sociedad.

¿Le llegaron a tantear para ir al gobierno andaluz?

—No voy a contestar a esa pregunta.

Creo que ya lo ha hecho. ¿Qué pasa, que no le tienta la política? ¿No le atrae la política?

—He tenido ofertas de mucho tipo. Hace años. Me puede atraer, pero la política no está para que la sociedad civil esté en la política. Es que en este momento, por el mero hecho de ser político ya llevas cartel de presunto sospechoso, y yo no quiero ser eso. La número 2 de ATA va de número 1 por Valladolid con Ciudadanos, y va a salir con seguridad. Ella ha elegido ese camino como independiente. Yo he elegido que no. Ya a ella le están diciendo cosas que no son ciertas. A mí no me gusta verme en los carteles. Recientemente me han sondeado de varios partidos, pero no es el momento. Mi ministerio son los autónomos, me debo a ATA. Además, en noviembre hay elecciones y creo que por última vez me voy a presentar.

¿Hay tanta crispación en el mundo empresarial como en el de la política?

—La política es como todo. Hay grandes amigos, aunque no sean del mismo signo. Tengo dos amigos independentistas que dejan ahora la política y lo voy a sentir, porque han trabajado buscando consensos y acuerdos en temas del mundo laboral. Son Tardá y Campuzano. Pero en el mundo empresarial hay crispación también, pero nos une el objetivo de trabajar por generar empleo y actividad para las empresas. En política se piensa más en el tuit o noticia del adversario que en lo que yo tengo que hacer. Y le tiene que dar igual lo que hagan los otros.

¿Qué ha cambiado para que los autónomos se hayan integrado en la CEOE?

—Nos integramos el 16 de enero. Llevábamos dos años en la CEA. Hemos sido pioneros. ATA no ha cambiado nada. Le hemos pedido lo mismo que hace diez años y no hubo acuerdo. Lo que ha cambiado es que las asociaciones las hacemos las personas. Con Rosell fue imposible. Con Garamendi nos hemos puesto de acuerdo en 15 días, y nos hemos puesto en lo esencial, en la unión del empresariado, porque es lo mejor para todos. Estar ahí nos da una presión mayor de cara al Gobierno central, como se ha demostrado al surgir el debate de la contrarreforma laboral.

¿Qué balance hacen del decreto ley sobre el control horario de las empresas?

—Me parece volver al siglo pasado, a la época de la mina. Esto no tiene sentido. Cada vez creemos más en que el trabajo no tiene horario, tiene productividad. Hay trabajos que sí lo tienen, pero otros no. Es una cuestión de productividad, y no tiene sentido lo del horario. Pero que la crítica no salve una cosa que está ocurriendo, y es que hay horas extra que no cotizan o empresas que no las declaran. Pongamos más inspectores de trabajo, pero no más cargas. 

¿Pagan mejor las administraciones?

—Ni la local, ni la provincial, ni la autonómica, ni la estatal, cumplen con la ley. Todas pagan de media por encima de los 30 días. En el caso de la municipal, por encima de los 68 días. Si analizamos por provincias, hay quien paga a 163, a 200, como ocurre en la de Cádiz, o en la de Jaén con más de 300. Y luego hay ciudades como Málaga que paga en 14 días. Los pagos de ahora no tienen nada que ver con los de 2012, pero desde el plan de pago a proveedores se pudo reducir el periodo medio. Pero es que hay administraciones con facturas atrasadas desde hace años porque el Ministerio de Hacienda no le da el visto bueno, y sigue siendo un problema.

 

*Entrevista realizada en el programa A Compás de 7TV con la participación de Roxana Sáez, Paco Perujo y Jesús Perulero.

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