La teniente de alcaldesa de Economía, Hacienda y Recursos Humanos, Laura Álvarez, aseguró ayer que el Ayuntamiento funciona ya “a pleno rendimiento” una vez superados los efectos provocados por el ciberataque que sufrió el sistema el pasado 29 de septiembre, si bien admitió que todavía quedan “algunos flecos” para que la normalidad sea absoluta.
Entre otras cosas resta la instalación de los 440 equipos informáticos que han sido adquiridos por un procedimiento de urgencia, lo que va a suponer la renovación de un tercio de los ordenadores que forman parte de la red municipal. En esta misma semana culminará la instalación de un centenar de equipos, encontrándose el Ayuntamiento a la espera todavía de recibir algo más de trescientos ordenadores.
Lo que sí tiene claro el Gobierno local es que el Consistorio sale “reforzado” de esta crisis y mejor preparado ante nuevas incidencias, aunque siempre partiendo de la base de la complejidad que entraña contrarrestar ciberataques de estas características. “Los virus mutan, los delincuentes que se dedican a esto van derivando ataques y por ese motivo estamos ante una amenaza internacional, pero estamos en mejores condiciones que hace un mes y seguiremos trabajando para tener la mayor protección”.
El director del servicio de informática municipal, Jesús Fe, explicó toda la cronología de acontecimientos que se ha producido desde que el pasado domingo 29 de septiembre se detectaran “fallos” en uno de los servidores del Ayuntamiento, localizándose entonces un software malicioso que se trató de eliminar con antivirus. Apenas unas horas después, el lunes 30, se chequearon todos los servidores y se empezó a trabajar en la desinfección de cada uno de los equipos. Fue el miércoles 2 de octubre cuando finalmente se detectó un comportamiento “anormal” de los servidores y se optó por la “desconexión inmediata” de todos esos equipos, poniendo en alerta al CNI.
Se establecieron cuatro fases de trabajo, una primera de detección, para pasar a un posterior análisis, una fase de contención y una última de recuperación, que es la que se ha abordado recientemente. Una de las mayores dificultades a la hora de solventar la incidencia ha sido la envergadura del propio Ayuntamiento, con alrededor de 1.300 equipos informáticos y medio centenar de servidores distribuidos por más de 75 edificios.
Jesús Fe reiteró que durante la crisis no se ha producido fuga de datos, que las empresas especializadas que fueron consultadas inicialmente por los técnicos municipales aseguraron que las medidas que se habían adoptado eran las “correctas” y que la red contaba con los elementos de protección necesarios, aunque siempre es posible sucumbir ante determinados ataques, como ha sido el caso.
Un adelanto de 300.000 euros
Durante la crisis se tomó la determinación de adelantar una serie de inversiones “ya previstas”, como la compra de 440 equipos informáticos o la instalación de firewall de nivel 7 y software de control y gestión de amenazas, por un importe de 300.000 euros.
“Hemos echado en falta más unidad”
Álvarez destacó el trabajo de los técnicos municipales y lamentó las voces críticas a la gestión de esta crisis. “Hemos echado en falta un mensaje de unidad y apoyo a la plantilla. Hay grupos a los que les viene grande representar a la ciudadanía”, aseveró.
