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Jerez

“Esta nominación es un punto de inflexión en mi carrera”

La compositora jerezana Nuria Núñez ha sido nominada a los ‘YAMawards’ por su ópera La Isla, dirigida a un público joven

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  • Una imagen de la vídeo ópera La Isla, por la que ha sido nominada la jerezana Nuria Núñez Hierro. -

Jerez siempre ha sido cuna de exportación de arte a borbotones en todas sus ramas. De nuevo, una artista de esta ciudad vuelve a destacar por encima del resto. Es el caso de Nuria Núñez Hierro, una compositora nacida en Jerez y graduada en Composición en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba y máster en Composición en la Universidad de las Artes de Berlín que se encuentra muy comprometida con la creación de obras para públicos jóvenes. Su última obra, La Isla, una video-ópera dirigida a niños a partir de 11 años, ha sido recientemente nominada a los YAMawards. Hablamos con esta compositora sobre lo que ha supuesto esta nominación y sus ilusiones.

- ¿Cómo se gestó su opera nominada, La Isla? ¿Qué nos puede contar sobre la misma?

- Como compositora, llevo ya algunos años dedicando una parte de mi producción a intentar construir puentes que acerquen el lenguaje contemporáneo de la música a nuevos públicos. Entre 2016 y 2017 tuve una idea para escribir una ópera sobre la emigración y el exilio que fue premiada por la Fundación BBVA con una de sus becas “Leonardo” para Creadores Culturales. Esto permitió que mi concepto se convirtiera en realidad y que un equipo de personas pudiera desarrollarlo y darle forma a través del texto, la escena, las videocreaciones y por supuesto, la interpretación.


Así surgió La Isla, como una video-ópera de cámara para público desde once años de edad que invita a todo el que se acerca a ella a participar de la cultura y a intentar comprender mejor el mundo que les rodea.  

- ¿Qué significa esta nominación? ¿Supondría un punto de inflexión en su carrera?

- Esta nominación es un reconocimiento a todo el trabajo realizado con este proyecto durante dos años y confirma que la ópera para niños puede adentrarse con éxito en otros caminos y en otras estéticas musicales. Creo que en el momento actual es inevitable repensar las estructuras escénicas existentes. Como compositora creo además que componer opera hoy en día implica hasta cierto punto reinventársela como género, sobre todo si va destinada a una joven audiencia que todavía no tiene prejuicios en sus hábitos de escucha. Por lo tanto, sí que pienso que esta nominación es un punto de inflexión en lo que respecta a mi carrera como compositora de ópera para jóvenes audiencias porque, independientemente de si ganamos o no, ya implica un reconocimiento europeo a mi labor y me gustaría que me abriera las puertas de nuevos proyectos.  

 Su opera trata de explicar temas cómo el exilio o la migración a través de un lenguaje musical contemporáneo, es un objetivo que se antoja complicado. En las representaciones realizadas, ¿han podido comprobar si esto se cumplía?

- En todos los proyectos escénicos para niños que he realizado hasta ahora siempre desarrollamos un plan pedagógico de forma paralela a las representaciones. Por ejemplo, en La Isla hemos elaborado una guía didáctica para escuelas para que puedan prepararse previamente a la representación. Además, al terminar ésta, realizamos un coloquio entre el público y los miembros de la producción y es maravilloso escuchar a los chavales acerca de las impresiones que les han causado los diferentes factores. En ningún caso han mostrado rechazo hacia la música por extraña o disonante que pueda parecerles. Ellos asumen que forma parte del lenguaje que se les está mostrando a través de esta ópera y está bien así. Y también entienden que no puede sonar de la misma forma una ópera escrita en 1791 que otra compuesta en 2019.

- ¿Ha sido complicado abrirse paso en el mundo cultural actual hasta el día de hoy?

- Claro que ha sido y está siendo complicado. Hay muchísimo trabajo oculto y poco glamouroso detrás de un estreno. A un creador hoy se le exige no sólo que sea capaz de comunicar sino también que sea capaz de autogestionarse y de impulsar sus propios proyectos. Esto puede ser algo perverso en proyectos complejos que conlleven un trabajo escénico y más si no hay un teatro de ópera implicado en la producción. Por ejemplo, en el desarrollo de La Isla empleé muchísimos meses de trabajo en la gestión del proyecto, sin haber compuesto ni una sola nota musical. Esto se debe a que, aun teniendo los fondos para hacer la ópera gracias a la Fundación BBVA, no teníamos donde ensayarla ni donde presentarla en público hasta que el festival valenciano ENSEMS nos dio finalmente su apoyo y su colaboración.  

- A ojos de una jerezana, ¿cómo ve la cultura en nuestra ciudad?

- Creo que hay muchísimo talento jerezano. Sin embargo, gran parte de este no está en Jerez o no tiene opción a ser mostrado en Jerez. Hay multitud de creadores con diferentes tendencias estéticas, pero falta apoyo, salas que los programen, teatros que inviertan en ellos, también y sobre todo económicamente. Nuestro flamenco es maravilloso, es riqueza y un gran reclamo turístico, pero también hay riqueza en otras manifestaciones artísticas y otros ámbitos culturales, en el teatro, en la clásica, en el pop... Me gustaría que Jerez las mostrara con el mismo orgullo con el que muestra nuestra tradición flamenca.  

- ¿Confía en volver a ver una de sus óperas siendo programada en el Villamarta?

- Sería estupendo poder presentar La Isla en el futuro en el Villamarta ya que íbamos a hacerlo el pasado mayo, pero nos hemos quedado con esa espina clavada por culpa de la situación sanitaria.

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