La ciudad se encamina en un abanico de proyectos que deben voltear la estampa actual con una mucho más acorde a los nuevos tiempos y a las tendencias que se deben adaptar.
El río ha sido siempre fuente de inspiración para adaptar etapas florecientes e históricas para rememorar un Puerto pasado y pujante. Siempre ha sido el Guadalete el eterno espectador que vislumbraba los cambios que en torno a él se ha ido desarrollando en las últimas décadas.
Desde la importancia de las Galeras Reales (lo que podría ser hoy el Ministerio de Defensa), pasando por la acogida del Vaporcito, la vigorosa economía de la pesca, el ocio... a ser el que rompa en dos a la ciudad. Ninguna ciudad del mundo ha renunciado a un río para su crecimiento, expansión y aprovechamiento. El Puerto 2.0 tiene en el Guadalete a su elemento perfecto para hacer de él el elemento basculante por el que gire todo y vertebre de una vez por todas a la ciudad.
La apuesta de ocio para este verano y comandar el disfrute en toda Andalucía no es una apuesta baladí ni casual, es la constatación del poder atractivo y de escenario apetecible que sigue teniendo la población portuense. La apuesta por el proyecto de la Ciudad Amable es el pasillo ideal para acercar el centro histórico en una gran calle comercial y turística y por ende, cómoda y ágil para el que nos visita como para el ciudadano local.
Cerrar de una vez Pozos Dulces y enlazar el futuro paseo fluvial con Bajamar en un gran espacio atractivo e influyente. La margen derecha con vida y la margen izquierda con negocios. Un círculo que debe cerrarse con el futuro puente que abrace a Valdelagrana. Apuestas decididas que necesitan del soporte y de una gestión para encajar todas las piezas de un gran puzle que se llama El Puerto del siglo XXII.
