Han tenido que pasar doce años para que la Copa del Rey se quede en la capital sevillana, eso sí, esta vez vestida de verde y blanco y acompañada de sufrimiento, pero, sobre todo, de mucha ilusión para los fieles seguidores del Real Betis Balompié a quienes, sin duda, hay que dar la enhorabuena.
Ahora bien, no sin verse rodeada de cierta polémica como tristemente suele ser costumbre en los días que vivimos. No dejamos títere sin cabeza pese a la necesidad de buenas noticias que nuestra sociedad se merece tras tanta angustia sufrida.
Hablo de la controversia surgida en torno a la televisión privada titular de los derechos de emisión (ojo, en abierto) del partido.
Efectivamente, en el caso del club verdiblanco, se pretendió la colocación de pantallas en su estadio para que la afición bética que no pudo obtener entrada pudiera disfrutar de la final de una forma acorde a la emoción que supone la participación en ella. Desde la Alcaldía del Ayuntamiento de Valencia se pretendió una visualización pública en la Plaza donde se ubica dicho Ayuntamiento.
No obstante, la cadena privada, centrada en pensar como ello disminuiría sus datos de audiencia, así como sus ingresos publicitarios y por lo que respecta al club verdiblanco, solicitó medidas cautelares para impedir la proyección del partido, las cuales fueron desestimadas y la afición pudo ir a su templo a celebrar el resultado que todos ya conocemos.
Eso sí, la polémica no ha terminado pues parece que la cadena televisiva, a pesar del pronunciamiento de la justicia, sigue considerando que se le ha causado un perjuicio, por lo que anuncia la adopción de nuevas medidas legales.
No sabemos cómo terminará este otro enfrentamiento, si es que llega a producirse, lo que sí sabemos es que hay más preocupación por ingresar que por darle a las aficiones una posibilidad de reunirse y disfrutar de la final del campeonato nacional de fútbol más antiguo de nuestro país. Claro que habrá que recuperar de alguna forma el coste de la adjudicación de los derechos que, como casi todo en la vida, no es gratis. Parece que este otro partido aún no ha terminado.
Mientras vemos como acaba este partido, el Real de la Feria, tras dos años vacío, ya se encuentra vestido de gala y haciendo sus últimos retoques para otro de los eventos más esperados por Sevilla y sus sevillanos, si bien, seguramente, tampoco estará libre de polémica.