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¿Y si con siete se gobierna mejor?

Hay ocasiones en las que el tacticismo prefiere la política ficción a la propia realidad. Ese ha sido el error ¿enmendable? de IU y de Ganemos

  • El Gobierno de Mamen Sánchez

Desde el día de su investidura como alcaldesa, Mamen Sánchez ha repetido en más de una ocasión que tanto IU como Ganemos Jerez tienen las puertas abiertas para entrar a formar parte en el gobierno. Es lo que deberían haber hecho desde un primer momento, pero hay ocasiones en las que el tacticismo político prefiere la política ficción a la propia realidad: nada como diseñar un futuro ligado a uno mismo. Bajo la excusa propiciatoria de las elecciones generales se dejó pasar la oportunidad y, tras diciembre, otra más. Ahora, un año después de aquella toma de posesión, han empezado los primeros movimientos, aunque de momento parecen espantados por una pregunta que es fruto de la experiencia: ¿y si con siete se gobierna mejor?

No es mala pregunta para el final de temporada de este Borgen jerezano que se ha puesto muy emocionante ahora que llega el turno de las vacaciones y han empezado los escarceos de Izquierda Unida, tímidamente seguidos todavía desde Ganemos Jerez, y que PSOE y PP, en una trama secundaria, han dejado planteados varios envites de cara al otoño, porque aunque ya no sea temporada de piscinas, los lapsus permanecerán como sombra de dudas al acecho.

¿Y si con siete se gobierna mejor? Si no fuera así, a qué tanto empeño de Raúl Ruiz Berdejo por enmendarle la plana hasta en dos ocasiones -la ayuda a domicilio y el GDR- en una misma semana al gobierno “amigo”. Oposición responsable, sí, ...y dos huevos duros. 

A IU, y a Ganemos, incluso al propio PSOE, les debe la obligación de intentar municipalizar el servicio de ayuda a domicilio ahora que está a punto de expirar la concesión, pero intentarlo no es sinónimo de éxito, y ya sabemos cuál es una de las funciones de la mayoría de las concesionarias que operan en la ciudad: sostener los sueldos de una plantilla inasumible para el propio Ayuntamiento. ¿De verdad hay suficientes garantías como para fiar la prestación pública del servicio a través de los compromisos puntuales de pago de la Junta? La experiencia dice que no, y hasta el desahorro permitido en el plan de ajuste seguro que tiene un límite.

La cuestión es que el frustrado intento por la municipalización lleve a IU a plantear la ruptura del acuerdo de investidura como si le estuvieran torciendo a Mamen Sánchez la muñeca en pleno pulso, cuando no deja de ser un posicionamiento tan abstracto como inconsistente. ¿Acaso vamos a dar marcha atrás en el tiempo? En todo caso, el PSOE sabrá que no podrá contar con su voto en los escasos momentos puntuales en que precisara de los mismos, que en un año han sido bastante pocos, como puede apreciarse en el desarrollo de unos plenos en los que apenas hay puntos de gestión, suplidos desde la propia Junta de Gobierno Local.

Ruiz Berdejo ha dicho que la cuestión se planteará en asamblea, y que será la militancia la que decida entre romper el acuerdo o solicitar entrar en el gobierno (!!!). Tampoco descartan la moción de censura, pero dudo que sean capaces de llegar al extremo de firmar su propia acta de defunción de cara a las próximas municipales facilitando un gobierno “de cambio” del PP. Por otro lado, el caso del GDR, que es la consumación definitiva de esta estrategia ¿a ninguna parte?, ya lo explica con más detalle Bomarzo en su artículo, y resulta concluyente a la hora de seguir sosteniendo la pregunta que, en realidad, se pueden estar haciendo todos con diferente dosis de suspense: ¿y sin con siete se gobierna mejor?

En el fondo, PSOE, IU y GJ han necesitado un año para comprender que pudieron más las ganas de echar al PP que de construir un gobierno en común; que el acuerdo fue, efectivamente, de investidura; que eso de pasar a la oposición para controlar la gestión quedaba bien en titulares pero poco efectivo en la práctica; y que, como ya defendió la alcaldesa, esta ciudad “se puede gobernar con siete personas”, sobre todo si no existe el temor a una moción de censura y que, caso de haberla, reforzaría al PSOE en detrimento de las otras fuerzas de izquierda.

Al final será Mamen Sánchez quien decida, pero hasta la próxima temporada mantendrá la intriga con el eco de una pregunta razonable: ¿y si con siete se gobierna mejor?

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