La Asociación de Expacientes de la Unidad de Medicina Intensiva del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria (Expaumi) de Málaga realizará en las playas de El Dedo y La Misericordia simulacros ante situaciones de emergencias sanitarias.
Esta actividad ha sido presentada este jueves por la concejala de Servicios Operativos, Régimen Interior y Playas, Teresa Porras; el edil de Derechos Sociales, Francisco Pomares; la presidenta de Expaumi, Paloma Rosado; el doctor internista Ángel García; la médico de familia Isabel Corona, y Jorge Peña, en representación del Servicio de Emergencias Sanitarias 061.
La primera de las demostraciones se llevará a cabo este domingo en la playa de El Dedo, junto a El Tintero. Expaumi mostrará a los bañistas cómo actuar ante un atragantamiento, un dolor torácico --infarto de miocardio-- y un ahogamiento, siempre con mensajes de prevención tales como 'Salvar vidas es fácil', 'Si nadas, respeta dos horas al menos de digestión' o 'Cuida tu corazón desde joven'.
El segundo simulacro se realizará en la playa de La Misericordia el 28 de julio, junto a la sede de la Diputación. Ambas demostraciones comenzarán a las 12.00 horas.
Esta actividad se enmarca en las XI Jornadas de Divulgación en Playas Malagueñas de las Técnicas de Soporte Vital Básico y Actividades Preventivas en Salud.
Las técnicas que presenciarán los ciudadanos en estas dos playas son de fácil aprendizaje y pueden ser aplicadas por cualquier persona sin ningún tipo de formación médica previa. El que se haga o no de modo inmediato puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte, han precisado.
Según han subrayado en la rueda de prensa, la trascendencia de la atención inicial a personas con enfermedades cardiovasculares y traumatismos en accidentes de tráfico se pone de manifiesto al considerar que del 50 al 60 por ciento de las muertes tienen lugar en el medio prehospitalario. Una actuación inmediata puede evitar un 35 por ciento de los fallecimientos y un 18 por ciento de las lesiones.
IMPACTO DE LOS SIMULACROS
Los simulacros de emergencias con mensajes de prevención en las playas de la capital durante los veranos de 2003 a 2012 han sido analizados a través de 950 entrevistas directas aleatorias a los 4.650 asistentes a estas demostraciones. Éstos tenían una edad media de 40 años, sin diferencias entre los distintos escenarios y con distribución similar a nivel de género.
El 80 por ciento de los entrevistados --un 27 por ciento del total no eran residentes en Málaga-- se apuntaron a recibir cursos de soporte vital básico de los distritos municipales. Todos los asistentes apreciaron la experiencia como interesante, entretenida y con mensajes claros.