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La Guardia Civil rescata a un escalador herido tras caer en el Tajo de Gómer

El rescate se realizó de forma eficaz, pese a que el relieve se presentaba enriscado, rodeado de paredes de piedra verticales, lo que dificultaba las maniobras, con una altura de más de 100 metros y un fuerte viento que enredaba las cuerdas constantemente

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Agentes de la Guardia Civil han rescatado a un escalador que cayó en una repisa de la arista de escalada del Tajo de Gómer, cerca de la localidad malagueña de Alfarnatejo, fracturándose los dos tobillos, por lo que se quedó inmovilizado sin poder salir por sus propios medios.

   El rescate se realizó de forma eficaz, pese a que el relieve se presentaba enriscado, rodeado de paredes de piedra verticales, lo que dificultaba las maniobras, con una altura de más de 100 metros y un fuerte viento que enredaba las cuerdas constantemente.

   El accidente se produjo cuando el escalador, acompañado por dos personas, se encontraba realizando una vía de escalada clásica en la arista del Tajo de Gómer, según ha informado en un comunicado el instituto armado.


   Esta persona sufrió una caída mientras escalaba el tercer largo de dicha vía y como consecuencia se lesionó ambos tobillos, no pudiendo continuar escalando ni realizar el descenso por sus propios medios.

   La Guardia Civil puso en marcha el correspondiente operativo, solicitando la intervención del helicóptero de Granada y de los agentes del Equipo de Rescate e Intervención en Montaña (Ereim) de la Comandancia de Málaga.

   Tras ser localizados los escaladores por el helicóptero, se intentó un apoyo parcial a unos 80 metros por encima de ellos en un pequeño saliente, siendo fallido debido al fuerte viento.

   Se intentó una segunda vez y cuando los pilotos creyeron mantener la nave estabilizada dieron la orden a los dos especialistas en montaña para bajar.

   A continuación, se equiparon unos seguros de expansión con taladro en la pared para la instalación de un rapel. Se rapeló unos 70 metros hasta llegar a una cornisa donde se encontraban la persona accidentada y los dos acompañantes.

   Una vez atendido el herido, inmovilizándole los dos tobillos y cogiéndolo el guardia civil a sus espaldas, se inició la bajada pese a la dificultad debido al fuerte viento, que hacía que las cuerdas se enredaran. Los dos compañeros del accidentado bajaron por sus propios medios.

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