La Guardia Civil ha detenido a tres jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 22 años como presuntos autores de más de una veintena de robos en trasteros de edificios de la zona de Mijas y Fuengirola, en Málaga. Otros dos individuos han sido imputados por, supuestamente, cooperar con la ocultación de la mercancía y la receptación de la misma.
El objetivo de esta banda era conseguir objetos de venta fácil en el mercado negro, por lo que las sustracciones eran practicadas en los trasteros de los edificios, donde encontraban objetos como bicicletas, herramientas o útiles de pesca deportiva, según han informado en un comunicado desde el instituto armado.
La investigación dio comienzo el pasado mes de octubre al ser detectado por los agentes un individuo de Torremolinos (Málaga) que vendía objetos robados. Esta persona, que formaba parte de la banda, ejercía la función de perista.
Tras esta primera pista y múltiples pesquisas se pudo llegar al grupo de personas que ejecutaban los robos, siendo éstos tres jóvenes, vecinos de Mijas.
El procedimiento que seguían para perpetrar los robos consistía en realizar un breve reconocimiento de la zona, eligiendo un edificio, todo ello empleando una serie de medidas de seguridad para no ser detectados.
Posteriormente, se dirigían a los trasteros, y tras romper la puerta, extraían rápidamente la mercancía, que era depositada a continuación en un lugar que los mismos consideraban seguro hasta su salida al mercado.
Durante la investigación se han realizado dos registros domiciliarios en los que se ha recuperado numerosa mercancía, entre ella un ciclomotor prácticamente despiezado que había sido robado en Fuengirola, posiblemente para vender a piezas y así evitar ser detectados.
Asimismo, se procedió a la imputación de un joven de 22 años, ya que presuntamente había facilitado a los detenidos por robo un lugar discreto para la ocultación de la mercancía sustraída.
Los robos fueron cometidos en edificios de la zona de Las Lagunas y de la urbanización Cala Hills, en Mijas, y de Fuengirola. En la investigación se contó con la colaboración del Grupo de Delincuencia Urbana de la Comisaría Local fuengiroleña.