La teoría parece que la tienen clara los malagueños. Hay que comer sano, beber agua, hacer deporte y aprender a respirar para tomarse las cosas con calma y vivir feliz. ¿Pero lo llevan a la práctica? Se lo hemos preguntado.

El mercado es un buen sitio para evaluar si las conductas de los ciudadanos son o no saludables. Un simple vistazo al carro de la compra deja clara la política nutritiva de una familia.

En el caso de la capital, en el mercado central de Atarazanas, los malagueños elegidos al azar por Ondaluz Televisión parece que aprueban el examen y que saben lo que tienen que hacer para alimentarse bien para vivir mejor.

A simple vista, la mayoría de los compradores de Atarazanas son hombres y mujeres de más de 40 años y no es fácil encontrar a jóvenes con las manos cargadas de bolsas o verles tirar de un carrito.
Para algunos mayores, son ellos, los jóvenes, quienes más tienen que aprender a alimentarse.

Para asesorarles están los propios tenderos de los puestos del mercado.  Ellas suelen ser las que toman la palabra e interactúan con sus clientes para pasarles una receta o bien para recordarles que la conciencia también hay que tenerla tranquila para mejorar la salud.