El tráfico bullicioso desfilaba al caer la tarde de lunes por Atarazanas de vuelta a casa cuando les sorprendía un tumulto de malagueños, ataviados con pancartas y paraguas. “No entiendo lo de las sombrillas”, decía una señora, a lo que otra le espetaba, “que va a caer La Mundial”. Y no era en sentido metafórico. Hasta Belén Estebán, en su versión Lagunillas, eso sí, se apuntó a salvar el que fue hogar de los Condes de Benahavís. Es la última batalla por mantener en pie la histórica pensión de 1894 del arquitecto Eduardo Strachan que este martes se la juega en la comisión de la Gerencia de Urbanismo. El ayuntamiento someterá a votación la aprobación definitiva del proyecto de urbanización del famoso hotel diseñado por Rafael Moneo que tiraría abajo este capítulo de la historia de Hoyo de Esparteros. La Consejería de Cultura de la Junta ha dado ya el visto bueno a su demolición.
“Lo de la Mundial es solo la punta del iceberg del expolio constante del patrimonio en el centro histórico de Málaga”, aseguró el defensor y miembro de Torre Vigía, Anton Ozomek. “No es solo una lucha contra un nuevo Málaga Palacio, ha sido la gota que colma el vaso, el edificio tiene unos valores históricos, patrimoniales y de identidad y, ahora, de lucha social”, reivindicó, al abrigo de más de 300 personas. Según sus cálculos, durante los últimos 20 años se han destruido 200 edificios históricos de la almendra del centro histórico, 32 de ellos del siglo XVIII. El 55 por ciento de los inmuebles que quedan tienen una media de 145 años, “eso es lo que queremos para el centro”. Entre los rostros conocidos, en primera fila, portavoces y concejales del PSOE, Málaga Ahora y Málaga para la Gente que se dejaron el hábito más formal en casa, para sacar el puño, los lemas y, sobre todo, dejarse la garganta, animando al grito de “Sí se puede”.
Presiones y “amenazas”
Solo unas horas antes denunciaban sentirse víctimas de presiones por parte del PP y la promotora Braser para votar a favor. Pero no tienen intención de achantarse. “Queremos salvar un pedazo de nuestra historia de una operación especulativa”, defendió el portavoz de Málaga para la Gente, Eduardo Zorrilla, que recordó los reiterados incumplimientos de pago del promotor -adeuda 7,3 millones-, al que el Ayuntamiento concedió hasta tres prórrogas, la última hasta diciembre. Su formación enarboló en pleno la defensa del edificio logrando aunar las voces de la oposición, que en febrero pasado sacó adelante -con el voto de Ciudadanos-, resolver el convenio.
“No vamos a hacer caso a las intimidaciones ni amenazas por parte de Braser, me ha interpuesto acciones judiciales y estoy citado el 20 de julio, pero eso no va a afectar ni un ápice, no nos van a doblegar, vamos a seguir defendiendo el interés general”, avanzó el portavoz de la coalición de izquierdas. “En lugar de buscar la responsabilidad del empresario, el alcalde decide buscar responsabilidades en los partidos de la oposición”, denunció la portavoz socialista María Gámez. “Defenderemos La Mundial pese a las amenazas de un proyecto imposible de justificar”, apuntó la portavoz de Málaga Ahora, Ysabel Torralbo.
El voto de Ciudadanos
El acuerdo del pleno quedó en papel mojado. El PP optaba por reclamar el dinero por vía administrativa, amparándose en la posible indemnización a la que podría enfrentarse de anular el acuerdo, que data de 2008 y, ahora, continuar con la tramitación, impulsada con velocidad en las últimas semanas. Braser defiende la legalidad en un proyecto en el que ya ha invertido más de 11 millones y hace unos días lanzaba un doble mensaje. Tranquilidad al Ayuntamiento, “que será el primero en cobrar una vez tengamos la licencia de obras” y acciones legales en caso de tumbar la iniciativa, que espera más de 15 millones de euros de los fondos europeos para sacar adelante el establecimiento que gestionaría la cadena Vincci Hoteles y que generaría, según calculan, más de 300 puestos de trabajo. La formación naranja tendrá este martes la llave del futuro de la Mundial. Supeditarán su voto a un aval económico que garantice el pago. En caso contrario, volverán a alinearse en la bancada de la oposición.
En la acera de enfrente, la gente se arremolina ante la falta de espacio. Dos señoras toman helado bajo sus paraguas, mientras muchos vienen de vuelta de las rebajas. Maribel, de la Victoria, está indignada, “quieren especular”, dice. “Es un edificio que se puede recuperar y poner guapo, cada día tenemos más ciudades de plástico, es una barbaridad”, asegura. “Es lo último que nos queda contra el robo y la destrucción del patrimonio”, denunció Antonio César, presidente de Málaga Centro Vecinos, “con la connivencia de la Junta y del Ayuntamiento nos están robando, por la cara”.