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Las dificultades en el día a día en la Protectora de Málaga

Pese al cierre, trabajadores y un puñado de voluntarios procuran el bienestar de los animales

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La protectora no para en sus cuidados.

Cuidando de los cachorros.

Atnción veterinaria.

  • No se reciben visitas ni se llevan a cabo nuevas adopciones, pero la gente sigue abandonando animales en las puertas del refugio malagueño estos días
  • Especial atención a los animales más activos y a los perros del geriátrico que requieren cuidados y alimentación especiales

El tema de estar tanto tiempo encerrada me hace pensar en la cantidad de animales que se pasan la vida encerrados y nadie se da cuenta de lo qué es un encierro hasta que lo padece. Con esta reflexión la presidenta de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga, Carmen Manzano, pone sobre la mesa las dificultades por las que pasan, debido a la crisis del coronavirus, en el refugio malagueño de perros y gatos.

Manzano asegura que en el refugio han tenido que cerrar con motivo del estado de alarma, de manera que en él mismo solo quedan los  trabajadores y un número mínimo de voluntarios para atender a los animales que necesitan más cuidados: Lo que se puede, pero seguramente, insuficiente, ya que se siguen abandonando animales, pero eso sí, han cesado, a excepción de las que ya estaban programadas, las adopciones.

Así, no se permite en la actualidad que la gente haga visitas al refugio, pero, por contra, hay quienes siguen dejando animales en la puerta. Una situación que, a juicio de Manzano, puede derivar en un colapso y que, desde luego, “económicamente, en general,  será un desastre, pero para el refugio será un desastre grande”. A Manzano le molesta además, de manera especial, que “ya están hablando los de la Fundación del Toro de Lidia del descalabro económico que le supone y de ayudas que a ellos si le van a dar, ¿pero a nosotros?”

La presidenta de la Protectora malagueña asegura que al principo, con el cierre, “ha habido un poco de alarma porque la gente pensó que los animales iban a quedar desprotegidos y nos llegaron muchas preguntas”, pero no ha ido así, ya que “los trabajadores siguen con sus turnos normales, con su protecciones de mascarillas, guantes y separaciones”, de modo que se están cumpliendo los horarios de vacunaciones de los cachorros que están en casas de acogida”, pero “lógicamente, se están dando citas de manera que en el refugio  no coincidan más de dos personas y se pide que, en lugar de como antes, que iba toda la familia con el perro o con el gato, venga una sola persona”.

Y es que, la agenda de esterilizaciones y para los animales enfermos, “debe seguir sí o sí”, lo que está restringido es que la gente entre a ver perros o gatos en adopción. La vida, con más dificultades, sigue en el refugio de la Protectora malagueña, porque para ello se afanan también, algunos pocos voluntarios, con tres en cada turno, y hasta un total de 20. Se ocupan, principalmente, de los animales más activos, que necesitan más “porque no llevan bien el estar encerrados”, y los abueletes, los del geriátrico, que “necesitan sus comidas diarias, algunas curas, cuidados especiales”, lo  normal cuando hablamos de los abuelillos perrunos. Pero, el panorama no es bueno.

Solo se realizan unas cuantas adopciones pactadas de antemano pero ya, nada más, con el problemas de que, aunque no se adopte, se siguen abandonando en la puerta, y “si ayer entraron tres y no se adoptó ninguno, hay que imaginar que ocurrirá con la cuarentena que prevemos se irá a un mes”. Manzano, por su experiencia, lamenta que “habrá ayudas para todos pero no para los refugios, pese a que seguimos pagando a los trabajadores” y llama la atención por los perros de cazadores en  zulos y en los campos, que estos días, estarán si cabe, menos atendidos.

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