La Moni

Publicado: 04/06/2024
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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No he conocido a una persona con la mirada tan sana como la que un día pude ver en Antonio. Él era enorme, casi como su alma, llena de fracturas que supo sanar
El pasado viernes, 30 de mayo, Huelva despertó con una de esas malas noticias que nadie quiere vivir, pero que son irremediables; la vida no promete amor eterno. Antonio Herrera Abrio, ‘La Moni de Huelva’, falleció a los 84 años de edad dejando un legado histórico que aún está por descubrir. Oriundo de esta ciudad, concretamente del barrio de Palomeque, este artista humano ha sido, hasta el pasado jueves, historia viva de una época en la que supo mantenerse hasta nuestros días. El pasado año, durante la 49º edición del Festival Iberoamericano se pudo ver el documental de Francisco Maldonado, ‘Yo, la Moni’, en el que narra parte de sus vivencias en una época anclada en un pasado de represión y dictadura, en el que tuvo que afrontar no solo el hambre de aquellas décadas, también las leyes absurdas y retrogradas que le hicieron pasar muy malos momentos, como ser encarcelado por vestirse de mujer en épocas de carnavales, entre otras muchas situaciones, que a pesar del sufrimiento, supo afrontar y vencer a la intolerancia, siendo en la actualidad una de las personas más querida y respetada de Huelva.

“En la actualidad todo es diferente, no fácil, pero sí muy distinto”. Particularmente, no he conocido a una persona con la mirada tan sana como la que un día pude ver en Antonio. Él era enorme, casi como su alma, llena de fracturas que supo sanar con el tiempo, logrando imponer su propio estilo de vida, modelo de referencia para otros muchos que le siguieron. Abrió un camino abrupto, confuso y marcado por la discriminación y la intransigencia, “surgiendo eterno”, pero no sano; los recuerdos de aquellos años, a veces, pesaban demasiado. Y respiró, y se dio a los demás, y entregó sus años al mundo, a Huelva, a todos aquellos que lo necesitaban: “Si está en mi mano, allí estará La Moni”. Jamás se le conoció un no por respuesta. Las uvas de la Ser, el Palmito de planta, la Medalla de Huelva, una calle en esta ciudad, y el amor y el respeto de toda esta tierra, que ha sabido valorar, querer, respetar y admirar a quien ha sabido valorar, querer, respetar y admirar, dado que esos han sido los pilares fundamentales de La Moni, quien merecería un monumento en esta ciudad. Una forma de recordar valores tan significativos como la igualdad, la solidaridad, la pasión, el inconformismo, la lucha, el amor por los otros y esa empatía tan necesaria hoy en día. Hasta siempre, querida y admirada, Moni de Huelva

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